Mas los bravos que unidos juraron
su feliz libertad sostener,
a estos tigres sedientos de sangre
fuertes pechos sabrán oponer.
su feliz libertad sostener,
a estos tigres sedientos de sangre
fuertes pechos sabrán oponer.
No
puedo ser tan benévolo como mi amigo Lucita otorgando la explicación del
fatalismo de los ciclos cumplidos ni de la naturaleza pequeño-burguesa del
gobierno.
Fue durante la presidencia de nuestro cruzado nacional en la lucha
contra los infieles originarios, don Julio Argentino Roca, que se suprimió el
canto de casi todas las estrofas del Himno Nacional.
Ya no solamente han quedado casi olvidadas sino que el sentido del
himno parece suplido por un requiem, una misa de difuntos. El kyrie, Señor, ten
piedad. En
k menor un ministro de la nación suplica respetuosa y keynesianamente a un juez
de primera instancia de uno de los cincuenta estados de la Unión una tregua
para preparar honorablemente la rendición anunciada en K mayor.
Parece que los presuntos acreedores no quieren cobrar todo. Por
eso el gobierno clama Queremos pagar todo
y vocifera No a los fondos buitres
que nos impiden cumplir con nuestra honrosa misión. Si no fuese así sería
contradictorio querer honrar la deuda al usurero que condenamos. O, lo que es
lo mismo, repudiar al acreedor y rogarle que nos cobre.
Pero eso sólo es así para los que sólo ven en la política
oposiciones binarias y antagónicas, no para quienes saben de la existencia de
un tercer término dialécticamente superador. Tal el caso del director de la
Biblioteca Nacional. Se trata del soberanismo
renovado.
"Es preciso buscar el tertium datur entre cumplir humillados o recaer en la facilidad teatral neonacionalista.
Recrear la propia actividad social democrática del país, indagar en un soberanismo renovado, hablar con
dignidad frente al mundo, mostrar las pasiones colectivas y forjar una firme
serenidad al expresarlas, son los imperativos del momento".
Mostrar las pasiones colectivas, esto es, ya ve usted la gente no
quiere pagar, dice no a los fondos. Sin embargo con firme serenidad nosotros la
expresamos diciendo que, en realidad, quieren pagar.
El soberanismo renovado sería la base teórica del des-endeudamiento.
Algo así como con menos palabras el Negro Olmedo expresaba con aquello de poniendo…Malabarismo de las palabras: sacar pecho y pedir la
escupidera. Ni humillados ni teatreros nacionalistas.
Des-endeudamiento, misión de realizar los pagos indebidos a
buitres y palomas pero no a otros bichos menores, los caranchos. Como así
llamóle la presidenta a los jubilados y los mandó a pleitear en la soberana
jurisdicción nacional. No es cuestión de meter a todos en la misma jaula.
La misión de este gobierno fue pagar. Restaurar
el orden, las leyes y las deudas.
Gente conocedora de ubicar de qué lado viene el
viento, hábiles para manejar la bicicleta, ya sabían manejar las finanzas
cuando exiliaron los fondos públicos de Santa Cruz al Credit Suisse. Con el asesoramiento de Domingo Cavallo, invertidos
en letras del Tesoro norteamericano. Regalías del petróleo privatizado con el
aplauso de los gobernadores, debidamente provincializadas. Como
desprovincializado fue luego el Banco de Santa Cruz, donde fueron a parar parte
de los fondos repatriados. Sociedad Anónima auditada por un grupo vinculado a
las maniobras de Lehman Brothers, a cuyos eventos concurre invitado el ex
ministro de Menem.
El
desendeudamiento ha sido, es, una función de este gobierno. El resultado de la
misión no era fatal sino para los fondos financieros y sus agentes políticos.
Por eso en los equipos económicos no faltaron ni ucedeístas, ni cavalistas ni
menemistas.
Ni
burgueses ni pequeño-burgueses, expertos en ingenierías financieras, dispuestos
a cualquier camiseta política. Algunos de los cuales fueron abandonando el
barco cuando por la brecha entre el discurso nacional y popular-desarrollista y
la realidad sojera-extractivista empezaron a colarse los votos.
Agentes políticos, cuadros de lo que se entiende
hoy por política, donde principios e ideologías ceden a un logo y marketing
apropiado. Con el revival suficiente y necesario para fidelizar al público y el
vintage conveniente para decorar el escenario.
Esta parodia de soberanismo renovado no es más
que el resultado. Política del tero podría llamarse si no fuera porque los
teros gritan pero al menos cuidan sus huevos. Acá se cuidan los del capital
financiero que cobra y los de los balances de los bancos que nunca dieron rojo.
Triste, patético, doliente, indigno.
Da un poco de asco también. La defraudación del
ilusionismo torpe, malabarismo de palabras que el rebaño político no discute.
Parece que todos van a misa.
Sólo los que aceptan el soberanismo renovado
pueden pensar que se puede estar en misa y repicando.
Algunos de nosotros no nos podemos dar el lujo de
ser benevolentes, al menos con quienes están incursos en la responsabilidad y
pena del artículo 29 de la Constitución: infames traidores a la patria.
Edgardo Logiudice
junio 2014