Un ejército de seres obedientes e industriosos que se retiraba durante
unas horas y que al día siguiente realizaría el trayecto en sentido contrario.
Tan cansados y aburridos por las mañana como por las noches: los hombres
epsilon de 2011 que habían hallado la felicidad en las compras a plazos.
HILL, Toni. Los buenos suicidas,
Bs.As. Grijalbo, 2014.
I.
Intento acerarme a algunos caracteres específicos o
determinaciones ideales o formales de la apropiación capitalista del trabajo
ajeno.
Lo hago a partir de su forma básica, el salario. Me apoyo
inicialmente en textos de Marx. En particular los Borradores de 1857/58 y el
Capítulo VI Inédito de 1863/66.
La contracara del salario como precio y pago de la capacidad
laboral o fuerza de trabajo es el consumo de los medios de subsistencia y
condiciones de vida.
La emergencia del consumo en magnitudes inhabituales hasta
no hace muchas décadas, son tales que han
dado lugar a la noción de nuevas clases medias dentro del fenómeno llamado
consumismo.
Tal universo induce a orientar las reflexiones hacia esa
otra cara del salario.
La aproximación más divulgada, como precio y pago de la
fuerza de trabajo hace referencia al carácter contractual, al contrato de
trabajo individual o colectivo según las épocas. Es decir a la forma mercantil
de la relación social cuya forma ideal es el contrato.
El carácter material de esa relación social, su determinación material en términos de
Marx, no es perceptible si no atendemos al destino del dinero que representa el
precio y el pago de la capacidad laboral.
El destino de ese dinero que lo expresa, no el destino de
cualquier dinero. El dinero de la economía mercantil es el medio de circulación
de cualquiera y todas las mercancías; es el equivalente general de todas ellas
por medio del cual se realiza el intercambio. El destino del dinero del salario
es restringido necesariamente a los medios de subsistencia y condiciones de
vida que el asalariado debe proveerse a través de la compra mercantil.
Los medios de subsistencia y condiciones de vida en general
son históricamente determinados. Bienes
que fueron medios de subsistencia dejan de serlo, no se producen más y son
sustituidos por otros más aptos o no. Pero la sustitución significa por lo
general la no producción de los sustituidos. Pero, además, la innovación genera
como medios de subsistencia necesarios otros antes inexistentes.
El periódico para el obrero urbano inglés en la época de
Marx, el teléfono móvil en nuestros días.
En el modo de producción y de apropiación capitalista la
circulación de los bienes y el intercambio se asientan sobre la base de la
economía mercantil. El intercambio se realiza por medio de compraventas. El
asalariado se provee de los bienes de subsistencia comprándolos. La compra mercantil completa la relación
social salarial.
En la economía mercantil la compra es la forma de adquisición
de la posesión de los bienes como propiedad. El asalariado adquiere formalmente la propiedad mercantil de
los medios de subsistencia y condiciones de vida. Idealmente el asalariado es
propietario de esos bienes. La compra de
los medios de subsistencia lo constituye en propietario.
También del periódico y el celular. Antes, de un automóvil.
II.
La propiedad privada mercantil del asalariado es una propiedad ideal generada en el ámbito formal de la producción capitalista
industrial, la circulación.
Así como el dinero del salario tiene un destino restringido,
los bienes que éste representa también.
Son bienes destinados al consumo, producidos así desde el
inicio, no se trata por lo general de bienes para circular indefinidamente sino
para ser consumidos o usados de forma inmediata. Bienes terminados, acabados,
decía Marx. El uso de algunos bienes que forman parte de las condiciones de
vida son expulsados de la circulación
aunque no lo sean sino cuando se desgastan. El uso es un consumo diferido en el
tiempo.
El consumo agota la cosa, agota la forma de la mercancía,
tanto su valor de cambio como su valor de uso. De modo que con ello desaparece
su posesión y su propiedad.
Es la propiedad del humo. Para el asalariado es una
titularidad a lo sumo efímera, sin
contenido material. La ilusión de propiedad, una propiedad imaginaria. Pero
esa imagen de propietario es una forma necesaria tanto para que el asalariado
pueda consumir y, por lo tanto subsistir, como para la clase capitalista como
totalidad, para realizar el valor de sus mercancías al transformarlas en dinero
cuando las vende. Para los capitalistas en su conjunto es necesaria esa
transformación para que el dinero abandone su forma de medio de circulación
para volver a la producción en forma de dinero-capital. La propiedad capitalista industrial.
El consumo aparece como la finalidad de la producción. La
producción de los medios de subsistencia básicos, los alimentos para alimentar
a la población. La finalidad ideal de
la producción de la industria alimentaria, por ejemplo.
Esta finalidad corresponde por cierto a la forma de
producción mercantil simple o no desarrollada. El intercambio con vistas a los valores de uso entre
productores individuales independientes destinado al consumo que se desarrolla
en los bordes o en los intersticios de economías pre-capitalistas. La propiedad que se trasmite difiere de la
propiedad mercantil, ésta propiedad se adquiere con vistas al valor de cambio. Comprar para vender es la tarea del
mercader, comprar lo más barato posible y vender lo más caro posible. Ganancia
resultante de la diferencia de precio entre compra y venta. Este movimiento da
como resultado la propiedad privada
mercantil, la de los mercaderes.
La propiedad generada por el intercambio en vista a los
valores de uso, el uso o el consumo, es la propiedad
privada personal. Anterior y distinta de la mercantil.
Pero la propiedad privada mercantil, la de los mercaderes,
mantiene el carácter ideal de la
propiedad personal asentada, fundada en el trabajo. El mercader piensa que lo
que tiene lo obtuvo trabajando, su habilidad para mercar es un trabajo. También
algunos economistas pensaban que la riqueza se generaba en la circulación.
El salario es generado en el intercambio como propiedad
mercantil con el carácter ideal de la producción personal. Porque el asalariado
sólo puede obtener los bienes comprándolos y los puede comprar si trabaja para
obtener el medio de intercambio vendiendo su capacidad laboral.
Mi conjetura es que esta yuxtaposición o solapamiento de
determinaciones de formas ideales en determinaciones materiales desacopladas temporalmente también
ocurre en todo el transcurso de las transformaciones del capitalismo industrial.
Conforme a distintas épocas (para algunos fases) del modo de producción y de apropiación. A grandes rasgos, el
sistema taylorista, el fordista, el robótico o de la inteligencia artificial.
El salario mismo, como esa relación social de la conjunción
de la venta y las compras, sufre
transformaciones en sus formas y
concomitantemente en su apariencia ideológica.
Si esto es así, entonces no sería legítimo discurrir sobre
la alienación en general ni sobre el fetichismo en general, ambos conjuntos
fenoménicos tendrían determinaciones históricas específicas, aunque ninguna
desapareciera del todo.
Ello implica estudiar los nuevos fenómenos concretos como
síntesis de múltiples determinaciones, diría Marx. No reducirlos a un fenómeno
originario y excluyente.
III.
Si partimos de las compras, no ya de los asalariados sino de
los capitalistas industriales, éstas aparecen como las de cualquier mercancía,
un intercambio de valores equivalentes. Cosa que en el ámbito de la circulación
es efectivamente así. El capitalista paga el valor, en principio íntegro, de lo
que cuesta reponer las energías de una jornada de trabajo, es decir el valor de
los medios de subsistencia necesarios que se mide como en cualquier mercancía
por el tiempo de trabajo necesario que ellos insumen.
La apariencia, la determinación formal, es la del
intercambio mercantil, que da lugar a la propiedad privada mercantil. No
obstante, lo conocemos, el valor de uso de esa mercancía fuerza de trabajo, el trabajo vivo, no sólo reproduce, es
decir conserva su valor, sino que en el curso de la jornada de trabajo que
cobró, es capaz de crear más valor
que el que cuesta.
El acrecentamiento del valor resultante, el plusvalor,
aparece en la circulación como el de la ganancia mercantil, cuando en realidad el
valor acrece en la producción.
Si solamente tomamos en cuenta la diferencia entre el costo
y el resultante que incluye el mayor valor es evidente que no hay intercambio en
el que los valores son equivalentes. Sin embargo esta demostración cuantitativa de la plusvalía, bastante
frecuente y que evidencia la des-posesión
resultante, no es completa sino no se pone el acento en que no hay ningún intercambio. No sólo en que éste
no es de equivalentes.
Por un lado es necesario insistir en la diferencia entre el
valor de cambio y el valor de uso. Pero siendo este valor de uso el trabajo
vivo, en acto, lo que realmente sucede es que el capital paga una cosa y compra
otra. Pagó una cosa y se apropió de otra.
El capital paga la capacidad laboral, pero ella sola no sirve para nada si no es
poniéndola en acto como trabajo vivo, como actividad en contacto con los medios
de producción.
El capital compra la capacidad laboral como producto acabado[1],
como cualquier mercancía destinada al
consumo. La energía, habilidades y conocimientos que consume en la
producción, como si consumiera carbón. Sólo que éste transfiere su valor pero
no lo crea.
Pero el asalariado como producto acabado no es producto de
sí mismo como individuo sino como resultado también de un proceso de producción.
Lo produce el capital por medio de los medios de subsistencia, los nutrientes y
la materia orgánica, que están representados en el fondo para salarios, el capital variable. Pero el capital no
vende obreros, los consume.
Y los vuelve a reproducir, renovar, otra vez como producto
acabado, después de alimentarlos. Con los medios de subsistencia que los mismos
asalariados producen pero de los que no disponen, no son sus propietarios.
La capacidad laboral es tiempo elaborado, trabajo
objetivado, producto. Como tal se requiere y se ofrece. Todos los días en los
avisos. Edad, experiencia, conocimientos.
Exámenes pre-ocupacionales. Para trabajadores en relación de dependencia
o autónomos.
Requisitos también para pequeños emprendedores y
franquiciados.
IV.
El dinero como medio de
circulación equivale a cualquier clase de bienes. Como supuesto, el capitalista
dispone del dinero destinado a la producción en proporciones equivalentes a los
medios que intervienen. Entre ellos a "fondo de salarios", el destinado
a adquirir la capacidad laboral que, dijimos, como tal, como trabajo
objetivado, no ingresa a la producción. Lo que ingresa es su uso, que conserva
el valor de los demás medios y lo acrecienta. El fondo de salarios, capital
variable tampoco. Transita por fuera de la producción conservando y renovando
la capacidad laboral, proveyendo a su portador de los medios de subsistencia en
la forma de dinero.
Esta forma dinero, supliendo a las
mercancías medios de subsistencia, hace circular su título de propietario de
ellas para pasarlo al asalariado.
Dice Marx: "Lo que el
dinero hace circular no son las mercancías sino los títulos de propiedad sobre ellas"[2].
Pero, vimos también, que
esa propiedad desaparece con el consumo. Sin embargo el dinero volvió,
acrecentado para quien lo puso, cuando el asalariado lo gastó. Ese dinero no
entró en la producción y sigue su curso para retornar a la producción con un
plus. Ese plus significa una renovación acrecentada, como el agregado de un
nuevo capital. Como tal está representando también medios de subsistencia que
ahora ya no son los del fondo de salarios del capitalista sino el plus-trabajo
de que fue desposeído el asalariado.
Con la repetición de los
ciclos acrecentados la parte que originariamente constituía el fondo del
capitalista se aminora proporcionalmente hasta desaparecer. Todo el capital es
plusvalía y el capital variable, los medios de subsistencia, también.
En el conjunto
renovado del ciclo de la producción en general el obrero jamás es propietario más
que idealmente. Los medios de
subsistencia que produce son siempre propiedad del capital, bajo distintas
formas. Su valor vuelve siempre a la clase capitalista.
"El capital
paga, por ejemplo, semanalmente el salario; el obrero lleva ese salario al
almacenero, éste lo deposita directa o indirectamente en su banco; y a la
semana siguiente [a través de un medio de pago] el fabricante lo retoma del
banquero para repartirlo de nuevo entre los mismos trabajadores, etc., y así
sucesivamente […] Aquí el dinero se presenta como mero medio de
circulación"[3].
Es decir, el dinero sólo circula por las manos del obrero. Si puede ahorrar
algo, sin embargo -como recordaba Marx -, es decir postergando o suprimiendo
algún medio de subsistencia (el obrero urbano inglés que no compraba el
diario), se puede imaginar atesorador. Y otras cosas.
V.
"La premisa es
que el obrero trabaja como no-propietario
y que las condiciones de su trabajo
se le enfrentan como propiedad ajena.
Que el capitalista n° I sea poseedor del dinero y le compre al capitalista n°
II, poseedor de los medios de producción esos mismos medios, mientras que el
obrero con el dinero recibido del
capitalista n° I compra medios de subsistencia al capitalista n° III, no
altera absolutamente en nada el hecho de que los capitalistas n° I, II y III
con en su conjunto los poseedores exclusivos del dinero, los medios de
producción y los medios de subsistencia"[4].
La premisa es el
obrero desnudo, despojado. Para repetir el ciclo, la premisa tiene que devenir
resultado, debe salir desnudo. Como vimos así sucede ya que su propiedad se
agota con el consumo.
La apariencia, la
determinación ideal, de la propiedad de la fuerza de trabajo y de los medios de
subsistencia, resulta de la percepción de los actos aislados de compras y venta
y no en su unidad, por un lado. Y, por el otro, de percibir el salario
solamente en el ámbito formal de la circulación, mediado por el dinero como
medio de intercambio. Dinero que, vimos, hace circular títulos de propiedad. La propiedad, como apropiación efectiva de la
posesión y disposición pertenece a la clase capitalista en su conjunto. Es la
propiedad capitalista industrial.
La clase capitalista
en su conjunto es la totalidad de los
sectores del capital. Totalidad abierta ya que siempre está en transformación.
Esta totalidad en
Marx es una construcción abstracta, un resultado del análisis de las múltiples
conexiones del sistema puestas en relación.
Sin embargo algún
fenómeno de transición al capitalismo industrial o, quizá de desarrollo no
ajustado al modelo que Marx consideró puro por ser el más desarrollado, aparece
como "prefiguración" de esa
totalidad.
Otro fenómeno no
aparece ya como prefiguración sino como resultado actual de la que algunos
consideran una nueva fase del capitalismo industrial subordinado a la lógica
del capitalismo financiero.
El caso bien
conocido de La Forestal es elocuente.
Miniatura que, en su
forma simple, poco desarrollada, muestra la posesión exclusiva del dinero, los
medios de producción y los medios de subsistencia del capital. Posesión
exclusiva significa propiedad.
Un aviador, el que
proveía los avíos, "los sábados adelanta plata a los obreros, pero la
plata consiste en unas ruedas de lata que se supone que valen un peso; el que
gana va a la proveeduría a convertirlas; pero le dicen que las latas no son
dinero y que no se convierten sino en
mercaderías", decía en Informe Bialet Massé en 1904[5].
Una lata, una
especie de moneda de bronce con la que pagaba La Forestal a los obrajeros de
Villa Guillermina, tenía inscripto " Vale
por1 kilo carne", otras " por mercaderías" sin distinción. Y
alguna, muy elocuente, "Vale por un
día de trabajo". Se trata de equivalencias de signos de valor: vale.
La medida temporal
de trabajo equivale a mercaderías, un kilo, cinco o diez de carne. Forma
rústica, embrionaria del salario.
Forma de trueque simbólico, porque "las latas no son dinero". No hay
venta de la fuerza de trabajo, ni intercambio, sino una rudimentaria apariencia.
Quien "adelanta
la plata a los obreros" era el mismo que proveía los avíos. Un empleado de
La Forestal, ésta adelantaba los avíos, los medios de subsistencia a los
obreros, y los medios de subsistencia
estaban en la proveeduría de la misma empresa.
No hay venta de la
capacidad laboral. Sólo una rústica forma de lata, que no es dinero, aparenta mediar entre el trabajo y el
capital. Tosca apariencia de intercambio.
Otras veces se
proveía a través de la libreta del "fiado" mensual con el membrete de
La Forestal. Es decir, un préstamo para el consumo. El obrajero consumía
endeudado, enfeudando su trabajo futuro.
Se trata de una noria en la que la empresa adelanta los
medios de subsistencia para que los trabajadores reproduzcan su fuerza de
trabajo que la empresa consume en la producción, apenas interrumpida fugazmente
por una latita.
Lejanas en el tiempo tenemos hoy
las Cadenas de Valor Global (CVG).
Se trata de empresas trasnacionales. Su actividad va desde
los proyectos, la investigación, el diseño, la manufactura, hasta la logística
y el transporte, la distribución, el arribo al consumidor y, en muchos casos,
la financiación del consumo.
En relación a los productos cuyo destino es el consumo
inmediato, que se agotan con él o en un término más o menos breve, como la
indumentaria o los electrodomésticos, se hallan las grandes cadenas de retail. Pero, sobre todo, las de la
industria alimentaria y, vinculado a ella, todo lo relacionado a los llamados
agronegocios, los biocombustibles y las
variadas aplicaciones industriales (la tinta de imprenta a base de soja). A
ellos se enlazan también las cadenas de los fármacos y toda la biotecnología.
Vale decir, todo aquello que conforma el universo de los medios de subsistencia
básicos .
No parecen responder a un único modelo de organización, pues
ésta, así como las figuras contractuales
con que se realiza el entramado de las actividades, debe responder a las
características a veces de muy diversas actividades. "Aguas arriba" y
"aguas abajo" pueden participar empresas o individuos con autonomía
jurídica en actividades de provisión de bienes o en tercerización de servicios
y tareas. Esto se visualiza como una gran fragmentación y subcontratación.
Sin embargo no parece muy arriesgado afirmar que cualquier
trabajador de la CVG, cualquiera sea su vínculo jurídico con ella, se halla
como ante una encarnación empírica de toda
la clase capitalista. Poseedora exclusiva de los medios de producción, de
subsistencia y del dinero.
En poco difiere su situación de la del obrajero, salvo - y
esto es lo que quiero señalar - en su rasgos ideológicos. Porque son otras los
modos de apropiación y las formas de propiedad capitalistas.
La tarjeta de plástico, con que dispone de lo que acreditan
en un banco por su trabajo, parece diferir sólo en que no es un
"vale" por mercancías o el equivalente de sus horas de trabajo. Pero
un trabajador de Wal-Mart, Carrefour, Tesco, bien podría abastecerse casi
íntegramente en la misma empresa. Que hasta puede "venderle al fiado"
con la tarjeta del propio grupo.
Los actos materiales de comprar y vender devendrían también
puramente simbólicos o ideales, hoy diríamos virtuales. Se paga desde el
celular o la compu. Ni latita ni papel moneda circula ya por sus manos. La
forma salarial se diluye en la virtualidad.
Sin embargo su trabajo futuro también está enfeudado.
VI.
En las CVG parece encarnarse o
manifestarse también el funcionamiento global del capitalismo bajo la hegemonía
del capital financiero. Si ello es así, y parece evidente frente a lo que
algunos denominan ya economía de la deuda (endeudamiento de hogares y
endeudamientos estatales[6]),
entonces nos hallaríamos frente a otra forma de propiedad, la propiedad capitalista financiera.
La propiedad no en general, lo
vimos, sino históricamente determinada, como forma ideal de un modo específico de apropiación. Ahora a través de
la deuda, las deudas.
En esta nueva forma los
propietarios efectivos, disponiendo a través de los créditos, lo son en su
carácter de acreedores.
Los propietarios y no-propietarios
del capitalismo industrial descripto por Marx son ahora los acreedores y deudores en que parecen
divididas las poblaciones. Y quien hace
circular esos títulos es también el dinero, aunque virtual, que repartía los
títulos de propiedad. Esas formas ideales aparecen también en el ámbito de la
circulación, es decir la forma del modo de apropiación.
Chesnais[7]
no duda en afirmar que nos hallamos frente a una fase histórica específica del capitalismo.
La especificidad del
proceso consiste en una "acumulación financiera propiamente dicha",
que "se desarrolla mediante el juego de apropiación y crecimiento endógeno que le son propios". Así "El
capital financiero constituye un bloque
diferenciado. Está compuesto por los llamados «grupos industriales»
(producción manufacturera, servicios, agroindustria y minas), los inmensos
grupos de distribución (Wal-Mart, Carrefour, Tesco) y las sociedades
financieras -grandes bancos, aseguradoras, fondos de pensiones y hedge funds-
cuyo «trabajo» consiste en valorizar el dinero que se ha convertido en capital
a causa de la centralización en sus manos y, también, a «fabricarlo» mediante mecanismos
crediticios que las finanzas han puesto a su disposición".
Claude Serfati[8], con algún matiz, coincide
con esta concepción. Dice: "El capital financiero asume una dimensión doble. Es
un
sector institucional, hecho de empresas cuyo negocio se basa en la actividad financiera (la industria
financiera como distinta a la industria automotriz
o eléctrica).
Sin embargo, también es un proceso funcional mediante el cual el
dinero se convierte en capital (eso es, una cantidad de dinero generando más dinero que el monto original) para su propietario gracias a
sus avances como derechos de propiedad (acciones y préstamos bonos, crédito…) en el capitalismo contemporáneo,
esta
oportunidad funcional
no se restringe
a las instituciones bancarias y no bancarias (fondos mutuos,
de inversión, etc.). También se ofrece a los grupos industriales mediante la
tenencia de activos financieros u otros activos que generan rentas, que en
cuanto a esta oportunidad pueden ser considerados como componentes del capital
financiero".
Se trataría, en
este caso de "centros financieros con actividades industriales", o como "una modalidad organizativa del capital financiero”.
En suma el capital industrial subordinado a la
hegemonía del capital financiero. Al interior de las CVG y en el capital en
su conjunto.
El capitalismo financiero como nuevo
modo y formas de apropiación del trabajo ajeno. De lo que resulta una nueva
forma de propiedad, la propiedad financiera que adecua y subordina las formas
de propiedad industrial y mercantil.
Pues bien, ha mutado el modo de
apropiación, con él su forma, la propiedad, y ha mutado también la forma ideal
de la relación del trabajador con el contenido material del salario, los medios
de subsistencia y condiciones de vida[9].
Ese contenido material es trabajo
objetivado, de modo que cuando nos referimos a los caracteres concretos del
trabajo, no a su generalidad, no podemos eludir su determinación ideal, el
salario. En sus dos caras.
Quizá no baste referirse a su
doble carácter en la venta.
VII.
Antunes incita a estudiar lo que
llama nueva morfología del trabajo[10].
En el mismo sentido en que concibe
la clase trabajadora y expresa en el sintagma "clase-que-vive-del
trabajo" creo que el universo propuesto puede ampliarse sin distorsiones.
Estimo que pueden contemplarse dos
aspectos de esa morfología.
Respecto a la determinación de los
actores me parece necesario atender a los sectores afectados al campo
tecnológico.
Respecto a las relaciones
capital-trabajo creo que pueden atenderse los temas de estas propias
reflexiones, esto es, los nuevos modos de apropiación y sus formas ideales.
Obviamente ambos aspectos están
entrelazados pero parece conveniente distinguirlos analíticamente.
Para seguir en lo posible el curso
de estas notas insistiré primero con la cuestión del préstamo para el consumo
porque, en su forma masiva está vinculada originariamente al capitalismo
industrial, aunque sea hoy herramienta del "nuevo bloque diferenciado"
del capital financiero.
En efecto. El consumo es una
barrera para la circulación del dinero, barrera para que el dinero abandone su
forma de medio de circulación, cuando está en manos del asalariado o del
comerciante, y retorne a su forma de capital.
En épocas de Marx el anticipo de
dinero para facilitar las compras y realizar las mercancías tenía lugar casi
exclusivamente en el campo del comercio internacional. Inglaterra prestaba a
sus colonias para que le compraran su producción.
"Los ingleses -decía- se ven forzados a prestar a naciones extranjeras para convertirlas en sus
clientes". "Todo el sistema
crediticio, y con él el comercio especulativo, desenfrenado, [comprar más
de lo que es posible vender o pagar] se funda en la necesidad de ampliar y
saltar por encima de las barreras para la circulación y para la esfera del
intercambio"[11].
No otra cosa hizo Henry Ford.
Ford no pagaba con latitas sino con la "lata confiable", el
modelo T[12].
A pagar en cuotas.
Rompía así la barrera a la circulación fabricando clientes para su
producción. Al mismo tiempo que garantizaba su continuidad manteniendo la mano
de obra encadenada a la deuda. El trabajo futuro enfeudado.
Así en el seno del propio capitalismo industrial en su apogeo se
generaban nuevos fenómenos. El salario, en su contenido material, expresa su
verdadero carácter de anticipo de condiciones de vida, ampliadas[13]. Nuevos medios de
subsistencia históricamente determinados.
La forma de préstamo para el consumo pierde su histórico carácter
usurario condenado por el cristianismo, no se trata ya del préstamo al caído en
desgracia. Es el préstamo para el consumo de bienes otrora considerados de lujo
para el asalariado.
El crédito es ahora una función más del capital industrial o, lo que es
lo mismo, en el capital industrial comienza a diferenciarse una función
financiera. Un embrión de la propiedad capitalista financiera.
Pero esta nueva especificidad del salario expresado en bienes tangibles
que no se agotan inmediatamente con su consumo -dije que el uso es un consumo
diferido- refuerza el carácter de propietario ideal del asalariado. Ahora ideal
no solamente como resultado de la circulación (el dinero que hace circular
títulos de propiedad) sino ideal porque su propiedad es una forma aparente de
una deuda. Deuda que obliga a entregar nuevamente el uso de su capacidad
laboral. Porque el asalariado, aunque tenedor de un automóvil, ha devenido tan
desnudo como desnuda su "propiedad". Es tanto o más deudor que propietario. El propietario
efectivo es el acreedor.
Nos encaminamos así al universo de acreedores y deudores, la
determinación actual de los propietarios y no-propietarios, de la que había
partido el salario.
La clase-que-vive del-trabajo es la clase de los deudores, con o sin
forma asalariada.
Este es un rasgo actual de las denominadas clases medias con el
creciente endeudamiento de hogares. Este es el rasgo por el cual estas clases
al ser tenedoras de bienes no se contabilizan como pobres. Y este es el rasgo
por el que economistas y sociólogos señalan como una paradoja que desciendan
los índices de pobreza y asciendan de modo alarmante los de desigualdad. Como si la desigualdad no fuera índice de
pobreza.
Parece que la tenencia de bienes con hogares endeudados, es decir
aparentes propietarios deudores reales, en la disyuntiva de trabajar o comerse
la tablet o el automóvil, hace
desaparecer la pobreza.
VIII.
Parece existir gran acuerdo en señalar los fines de la década del
setenta y la del ochenta como el inicio de grandes transformaciones. En el
ámbito de la producción con la robótica y la dislocación del modelo fordista,
la especialización y su consecuente aumento de la división del trabajo y la
fragmentación de los procesos productivos. Un mayor peso del contenido
inteligente en los procesos de trabajo y por lo tanto en la formación del
valor. Lo que algunos denominan capital tecnológico, con aceleración de los
procedimientos de innovación.
El crecimiento del sector servicios concomitante con el de las grandes
ciudades, el de las comunicaciones y logística merced a la informática. La
incidencia de estas últimas en los intercambios y circulación conectada a la
actividad bancaria y financiera y el dinero plástico en el préstamo para el consumo.
Los fenómenos de concentración de capital
a través de fondos de inversión y las fusiones y absorciones de empresas
y la arquitectura financiera a través de los futuros y derivados.
En este marco, creo, se establece esta nueva morfología del trabajo en
la clase-que-vive-del trabajo. Con la precarización, la flexibilización, las
sub-contrataciones , la tercerización.
Vinculados a ellos,
se hallan otros que son resultado del peso de la intangibilidad del contenido
inteligente en la producción y los productos, que hacen posible otras formas de
trabajo y de "intercambio" entre el capital y el trabajo.
Formas que oscurecen
aun más el carácter de no-propietario de los productores.
Cuando, a raíz de
ciertas subcontrataciones, "se desvanece la representación del
patrono"[14], y "la nota de ajenidad no se halla
presente"[15],
el trabajador aparece como independiente, autónomo. Allí "a diferencia de
lo que ocurre en el trabajo dependiente -en el que el empleador se apropia de
antemano de los frutos del trabajo llevado a cabo por el prestador de tareas-
el trabajador autónomo es el dueño de los frutos, de los que se apropia,
generados por su actividad; y, por tanto, es quien asume los riesgos económicos
de la ocupación que despliega"[16].
Esto sucede en ciertas formas de
producción de diseño e innovación de aplicaciones y programas en lo que llaman
la "producción en la nube" (cloud
computing). Producción que representa hoy una muy buena parte del P.B.I. de
muchos países[17].
Pero, aun por fuera de este sector de la producción menos
tradicional, el sector de los servicios también es propicio para esta presunta
autonomía. Y a ella se agrega y se refuerza la imagen de propiedad. Aunque no
sólo ya la de la propiedad mercantil sino la de la propia propiedad capitalista
industrial. La propiedad de un capital que produce valor. Se trata de la figura
del emprendedor, cada vez más difundida.
Junto a ella aparece la forma de la franquicia. La bibliografía habla del "sujeto emprendedor" al que se le atribuyen virtuosas cualidades
que benefician tanto a él mismo como a la sociedad[18].
La precarización se transforma en "una capacidad de aprovechar las situaciones de crisis para
generar nuevas posibilidades"[19].
Esa capacidad para aprovechar su precarización se materializa en " un dispositivo moral que
otorga sentido a las prácticas económicas individuales en términos de «una aventura»,
«de la asunción del riesgo» y «la preeminencia del placer sobre el estoicismo del
trabajador fordista»".
A esos atributos se añade un capitalito,
producto
de algún atesoramiento o una
indemnización por despido, cuando no algún préstamo[20],
a veces del mismo franquiciador. Lo que lo convierte en deudor efectivo,
capitalista aparente, comercial o industrial.
Su no-propiedad se reviste
entonces de la ideología de la propiedad
capitalista industrial. Cuando ya el capitalismo industrial se halla
subordinado al financiero.
Podría decirse, quizá, que las
clases dominadas "heredan" las formas ideales de las dominantes
cuando a éstas ya no le son útiles o funcionales. Pero no necesariamente.
La herencia se puede rechazar,
repudiar, siempre que se conozca de que se trata.
¿Qué serían…que serán de tus progresos
cuando pierdan toda fe tus sementales?
¡Meditad! Pedro B. Palacios, Almafuerte.
Edgardo Logiudice
Julio 2015
[1]
Como tiempo consumido, tiempo elaborado, como producto, como trabajo
objetivado, decía Marx. MARX, Karl. Elementos
fundamentales para la crítica de la economía política (borrador) 1857-1858.
Siglo XXI, Bs. As. 1972, T.2. Pág.195.
[2] MARX, K. Elementos fundamentales para la crítica de
la economía política (borrador) 1857-1858. Siglo XXI, Bs. As. 1971, T.1.
Pág. 128
[3]
MARX, Karl. Elementos…1972, T.2, Pág.195.
[4]
MARX, Karl. El Capital. Libro I, Capítulo
VI inédito. Buenos Aires, 1971, Siglo XXI, Pág. 35.
[5] BIALET MASSÉ, Juan. Informe sobre el Estado de las Clases
Obreras Argentinas I. Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1985.
Pág. 125.
[6]
El endeudamiento de hogares es la proporción de la deuda en relación a los
ingresos. En Inglaterra alcanza al 159%. El endeudamiento público es la
proporción de la deuda en relación al PBI. En Japón llega al 245%, Grecia 179%,
Estados Unidos 108%.
[7] CHESNAIS, François. Notas sobre el
momento actual del capitalismo (primera parte). Revista Herramienta Web, n°
16, febrero 2015.
http://www.herramienta.com.ar/herramienta-web-16/notas-sobre-el-momento-actual-del-capitalismo-primera-parte
[8] SERFATI, Claude. Dimensiones Financieras de la Empresa
Transnacional: Cadena Global de Valor e Innovación Tecnológica. Ola
Financiera, Unam, N° 4, Sept-dic 2009, pág.111.
http://www.olafinanciera.unam.mx/new_web/04/pdfs/Serfati-OlaFin-4.pdf
[9]
No puedo tratar acá del efecto de
exclusión o de la nueva pobreza, que ya no puede esconderse más bajo la
alfombra del "ejército industrial de reserva". No obstante parece
indudable que se vincula a esta especie de autosuficiencia o autonomía relativa
del sector financiero con la producción, de lo que sería un índice el
crecimiento exponencial de las finanzas respecto a lo que algunos denominan
economía real. Como si las finanzas no lo fueran. En ello consisten algunas
discusiones sobre el capital y las ganancias "ficticias". Claro es
que, en la cuestión de la exclusión, habrán de tenerse en cuenta las
transformaciones en el propio campo de la producción.
[10]
Entrevista a Ricardo Antunes por Ricardo Machado. HERRAMIENTA Web n° 17, julio
2015. http://www.herramienta.com.ar/herramienta-web-17/entrevista-ricardo-antunes-el-trabajo-que-estructura-al-capital-desestructura-la-
[11]
MARX, Karl. Elementos fundamentales para
la crítica de la economía política (borrador) 1857-1858. Siglo XXI, Bs. As.
1971, T.1. Pág. 369.
[12]
El modelo T. de Ford fue
llamado "The Tin Lizzie.",
la lata confiable.
[13]
En realidad, desde el ángulo del capitalista, el capital siempre adelanta el salario. Porque mientras la producción está en
acto las mercancías no están terminadas y, por lo tanto, no realizadas, no
vendidas. Lo hace con el producido de la venta de otras, que pueden haber sido
ejecutadas en otro ciclo de la producción en el que pudo haber participado el
mismo obrero u otro, pero siempre el obrero colectivo. Desde el ángulo del
obrero es éste el que adelanta su trabajo: cobra al final de la jornada. "En
la pequeña circulación [del capital variable o fondo de salarios] el capital
adelanta el salario al obrero".
MARX, K. Elementos…T.II, pág.223.
Op.cit.
[14] HERNÁNDEZ, Carmen Añez. Subcontratacion y triangulación
laboral: relaciones encubiertas. Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2012, Vol.
XVIII, No. 2 (jul-dic), pp. 163-177. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=36426153003
[15]
CAPARRÓS, Fernando Javier. Ámbito
personal del derecho del trabajo nuevas fronteras entre el trabajo autónomo y
el trabajo dependiente en la argentina. I Congreso Regional “El
Estado de la Ciencia del Derecho en América Latina”, 2013. Facultad de Derecho UBA.
http://www.derecho.uba.ar/institucional/programasinternacionales/fernando-javier-caparros-uba-ambito-personal-del-derecho-del-trabajo.pdf
[16]
CAPARRÓS, Fernando Javier. Íd.ant.
[17]
Las innovaciones juegan un doble papel. Por un lado son un mecanismo de
renovación de consumo cautivo renovador de endeudamiento; por otro generan
expectativa de ganancia sobre la que se construyen productos financieros.
Comprende también innovaciones financieras, propiamente dichas.
[18] PEREYRA, Diego.
Notas para una sociología de la cultura
emprendedora. En Creatividad e innovación aplicadas al desarrollo
emprendedor: experiencias de la Red Latinoamericana de Buenas Prácticas de
Cooperación Universidad Empresa /Simón González y Eduardo Matozo - 1a
ed. - Santa Fe: Universidad Nacional del Litoral,2013. E-Book.
https://www.google.com.ar/?gws_rd=ssl#q=Creatividad+e+innovaci%C3%B3n+aplicadas+al+desarrollo+emprendedor:+experiencias+de+la+Red+Latinoamericana+de+Buenas+Pr%C3%A1cticas+de+Cooperaci%C3%B3n+Universidad+Empresa
[19]
Creatividad
e innovación aplicadas al desarrollo emprendedor: experiencias de la Red
Latinoamericana de Buenas Prácticas de Cooperación Universidad Empresa. Introducción, pág.9.
[20]
"Capital semilla", en la jerga de los emprendedores. Muchas veces
provisto por inversores "ángeles": inversiones de alto riesgo a
cambio de participación, sospechosos para algunos de lavado de dinero.
Anexo
|
Pp PERSONAL
|
Pp MERCANTIL
|
Pp CAPITALISTA
INDUSTRIAL
|
Pp CAPITALISTA
FINANCIERA
|
DINERO como
|
|
Medio
circulación TITULOS
|
SALARIOS
|
PRÉSTAMO
|
FINALIDAD APARENTE
|
CONSUMO
INIDIVIDUAL VALOR USO
|
INTERCAMBIO
VALOR CAMBIO
|
INTERCAMBIO
CONSUMO
|
PRODUCCIÓN
|
FINALIDAD EFECTIVA
|
CONSUMO
INDIVIDUAL VALOR USO
|
GANANCIA
COMERCIAL
|
PLUSVALOR
|
RENTA
FINANCIERA
|
LEGITIMACIÓN
|
TRABAJO
PERSONAL
|
TRABAJO
GENERAL
|
INTERCAMBIO
CAPITAL / TRABAJO
|
CRECIMIENTO
PRODUCCIÓN
|
AGENTES
|
PRODUCTORES
INDEPENDIENTES
|
COMERCIANTES
|
ASALARIADOS
|
DEUDORES
|
IDEOLOGÍA ASALARIADOS
|
|
Pp PERSONAL
|
Pp MERCANTIL
|
Pp CAPITALISTA
INDUSTRIAL
|