Apuntes sobre
acumulación originaria, consumo, el capital cognitivo y hegemonía financiera.
¿Qué es la verdad, si sólo sirve para andar rondándole a uno por la
cabeza y no se puede constatar debidamente? SHLINK, Benhard. Mentiras de Verano. Barcelona, 2012,
Anagrama. Pág. 127.
Espiga abandonada.
Estos apuntes giran alrededor de esta frase de Carlos Marx
en el célebre Capítulo XXIV de El Capital,
en la que reparé espiando y espigando sus textos sobre el consumo. Espigar es
un milenario derecho de los pobres a recoger y consumir las espigas que quedan
volcadas en la melga después de la siega. Las
espigadoras, el famoso y hermoso óleo de Millet, está en París.
"Con la
parte de la población rural que queda disponible quedan también disponibles,
por tanto, sus antiguos medios de
subsistencia, que ahora se convierten en elemento material del capital variable. Ahora, el campesino
lanzado al arroyo, si quiere vivir, tiene que comprar el valor de sus
medios de vida a su nuevo señor, el
capitalista industrial, en forma
de salario"[1]. Las cursivas son del autor, las negritas
mías.
El cliente.
De aquí surge que consumir no es lo mismo que comprar. Se
puede comprar sin consumir y consumir sin comprar. Cliente es sólo el que compra. Las espigadoras no son clientes,
pero no todos los campesinos lanzados al arroyo pueden espigar, algunos deben
ser segadores, de lo contrario no existiría el capital. Los segadores para ser
clientes deben ser asalariados, pero primero son segadores cuyos medios de
subsistencia tienen la forma de capital variable. Se ha de suponer, entonces,
que alguien les dio de comer para que puedan trabajar y cobrar el salario con
el que han de comprar. Devenir clientes.
El presupuesto es no sólo que los productores estén
separados de los medios de producción, sino que los consumidores estén separados de los medios de subsistencia. La
acumulación primitiva tiene dos caras.
Para realizar la ganancia el capital necesita clientes antes
que asalariados, el pago del salario no es más que la forma en que alimenta al
operario. Para el capitalista el consumo del obrero es un mal necesario, el
cliente no.
Por eso el marketing no busca consumidores sino clientes. Cliente es
"el comprador potencial o real de los productos o servicios"[2].
El consumo es un fin ideal pero no real de la
producción industrial, el asunto no es satisfacer necesidades sino ganancias.
Pero eso no se dice, se dice que el cliente es consumidor: "Cliente puede
ser utilizado, según el contexto, como sinónimo de comprador (la persona que compra el producto), usuario (la persona que usa el servicio) o consumidor (quien consume el producto o servicio)"[3].
Pero el consumo es el presupuesto ideal del cliente,
potencial o real. : "Clientes Potenciales: Son
aquellos (personas, empresas u organizaciones) que no le realizan compras a la
empresa en la actualidad pero que son visualizados como posibles clientes en el
futuro porque tienen la disposición necesaria, el poder de compra y la
autoridad para comprar. Este tipo
de clientes es el que podría dar lugar a un
determinado volumen de ventas en el futuro (a corto, mediano o largo plazo) y
por tanto, se los puede considerar como la fuente
de ingresos futuros"[4]. (Subr. EL)
El precio del cliente.
Por eso el cliente tiene valor:
fuente de ingresos futuros, expectativa de ganancias. Los contables lo saben,
el veneciano Fray Luca Pacioli inventó la partida doble en el siglo XV, Venecia
era el centro del comercio mundial.
Así, dentro del "capital intelectual",
como "activo invisible", ubican el "capital relacional" y
éste es, sobre todo, la clientela.
Existen varios métodos para apreciar su
valor, sea para vender una empresa, para cotizar las acciones o para
funcionar como garantía de solvencia . Ese valor será efectivo, o no para el
capitalista, en la medida que cumpla alguna de esas funciones[5].
Por lo tanto, el conocimiento directo o indirecto
del cliente, real o potencial, para el capitalista tiene un precio que
representa valor y, como capital intelectual es capital cognitivo: un conocimiento, una información que puede
generar valor, valor que se valoriza.
Cliens.
Antes
de la transformación por la cual "La numerosa clientela diseminada y controlada hasta aquí por una
muchedumbre de pequeños productores que trabajaban por cuenta propia se
concentra ahora en un gran mercado atendido por el capital industrial"[6],
a que alude Marx en el capítulo de la acumulación primitiva, los clientes
tenían su historia.
Aparentemente el cliente de la modernidad
sólo conserva del cliens romano un
núcleo etimológico vinculado a la protección y, en todo caso, a la fidelidad y
la obediencia.
Sin embargo creo que se puede establecer
una continuidad básica algo más fuerte cuya disrupción acaece precisamente en
uno de los procesos de la llamada acumulación primitiva: el licenciamiento de
las huestes, que genera pobres que deben comprar.
En Roma, a diferencia del siervo, el cliens era un hombre jurídicamente libre. Miembro de una gens en decadencia, buscaba su
patrocinio en otra, a cuyo patrón debía ir a saludar cada mañana, rendirle
honores, a cambio del desayuno o algún dinero.
Accedía así al consumo de sobrevivencia y también a un
servicio. Debía acompañar al patricio y cuidar de la buena fama y honor de su
patrono para que, a cambio, aquél lo defendiera en juicios. Para eso era
alimentado, pero, dado que era libre, podía cambiar de patrocinador o tener más
de uno. Claro es que, y también porque era libre, no estaba como el siervo obligado a obedecer.
Su obediencia se nutría de la fidelidad,
ya que no había ningún contrato que lo obligara a ello.
Tener una buena y numerosa clientela como séquito fue signo
de prestigio, poder y riqueza de los patricios.
Y, aunque no se diferenciaba tanto del esclavo, se fue
asemejando más al proletario que, corrido por el hambre del campo llegaba a
Roma para, ya en épocas del Imperio, ser alimentado por el Estado.
Como el proletario, el cliente también comenzó a vivir del
trigo del Emperador y, como no
trabajaba, al menos se entretenía en los circos romanos. Consumía entretenido. Panem
et circum. La relación clientelar se
degradó.
Más tarde la institución tomó otros rumbos menos pacíficos
en las campañas imperiales y en una intrincada red de relaciones militares-feudales.
La palabra adquirió un sesgo político, pero conservando un núcleo etimológico
de protección y fidelidad, según parece[7].
Es con la disolución de aquellas relaciones, y con el
licenciamiento de las huestes feudales cuando los pobres arrojados al arroyo,
si quieren vivir tienen que comprar. Otro es ahora su patrono que lo alimenta
en forma de salario. A éste no es necesario saludarlo cada mañana, basta
cumplir el horario. Al nuevo señor la fidelidad que le interesa es como
comprador y de ello se encarga el marketing fidelizando
clientes a la marca. Y si el capitalista industrial de esmeró por disciplinar
el cuerpo de los asalariados, las estrategias de venta se ocupan de disciplinar
a los consumidores: la agenda señala los días de descuentos para concurrir al
súper.
Clientes forzosos.
Claro es que no siempre la fidelización fue el método para
conservar y generar clientes.
La deuda compulsiva ha sido ha sido una forma colonial de
conservar clientes. Así como la deuda fue otro aspecto de la acumulación primitiva,
claro que no privada sino pública. Pero siempre de la masa que debe trabajar
para pagarla. Procesos forzosos de endeudamiento que parecen libres, la deuda
es un arma más poderosa que las huestes militares.
"La deuda pública, o sea, la
enajenación del Estado —absoluto, constitucional o republicano—, imprime su
sello a la era capitalista. La única parte de la llamada riqueza nacional que
entra real y verdaderamente en posesión colectiva de los pueblos modernos es...
la deuda pública. Por eso es perfectamente consecuente esa teoría moderna,
según la cual un pueblo es tanto más rico cuanto más se carga de deudas. [...]
La deuda pública se convierte en una de las palancas más potentes de la
acumulación originaria"[8].
También los peones indios de México eran libres de
endeudarse.
"Los Indios
son fáciles en recibir dineros, y obligarse por ellos, y siendo mucha cantidad,
quedan casi en esclavonia"[9].
"Los
términos del trabajo eran registrados en contratos por escrito, en parte porque
esto parecía adecuado al ideal real de trabajo voluntario. En un acuerdo
contractual el patrono y el trabajador indio aparecían como agentes libres, las
formalidades legales se llenaban ante los jueces reales y se especificaban los
salarios, horas y otros beneficios de los trabajadores"[10].
"Las
estancias y haciendas de la América española eran trabajadas en el siglo XVIII
por peones que, aunque jurídicamente libres, estaban sujetos al propietario de
la tierra a causa de las deudas que con él contraían"[11].
"El
trabajo por deudas [...] recibió su primer ímpetu en los obrajes y se extendió
de allí a otra instituciones de empleo. Podía incurrirse en deudas de muchas
maneras. Un anticipo en los salarios a un trabajador «libre» de un obraje lo
ponía inmediatamente en deuda. Un trabajador indio podía ser forzado a aceptar
dinero pagable en trabajo, o podía ser
requerido de comprar, con fondos prestados, el equipo que tenía que
utilizar en el trabajo del obraje. La deducciones podían ser hechas contra la
cuenta de un trabajador si su tela terminada pesaba menos que la lana en bruto
con la que había empezado a trabajar. Las ventas obligatorias, con precios
fijos y la prohibición de hacer compras
en otra parte, podía prolongar o aumentar las deudas"[12].
"[...] algunos hacendados obligaban
a sus trabajadores indígenas renuentes a tomar mercancías o dinero con tal de
establecer una obligación legal"[13].
Comprar
aparecía como un derecho cuando en realidad era una obligación.
Parece
claro, para obtener trabajo forzado con forma de trabajo libre, el asunto era
forzar las compras: cliente forzado. La
estructura es una secuencia: cliente-deudor-trabajador. La deuda es el soporte
del trabajo futuro.
Cliente
forzado y alimentado para que trabajara. El salario no es otra cosa que los
alimentos en forma de dinero en manos de la hacienda, capital variable del
capitalista industrial, o de una hacienda jesuítica protocapitalista[14]:
"Hasta esa época, en Santa Lucía la costumbre había sido pagar a los
peones al terminar la trasquila de agosto. Por lo general las deudas contraídas por los trabajadores durante el año equivalían a
sus sueldos, así que era muy poco el dinero que cambiaba de mano"[15].
(subr. EL)
Parece claro
que si las deudas equivalían a lo consumido, el salario conque se pagaban
equivalía a los medios de subsistencia y que el dinero que los representaba
estaba en manos de los hacendados jesuitas.
Vagos con y sin
licencia.
Consumir
sin comprar no está bien visto, salvo que se tenga algún permiso.
Del que
subsiste y no se sabe cómo se suele desconfiar, y se le ha llamado vago. Que suele ser, además,
malentretenido.
El
Reino de España se encargó de definirlo: "El que sin oficio ni beneficio , hacienda o ramo vive, sin saberse de que le venga la subsistencia
por medio lícitos y honrados"[16]. (Subr. EL)
Pero el vago parece tener su caldo de cultivo en la
abundancia: "Exceso de vagos, malentretenidos y desempleados y falta
de trabajadores [...] lograba su explicación en la idiosincrasia de sus
habitantes y en la abundancia de medios
para vivir sin trabajar"[17]. (Subr.
EL). En este caso el problema no es que el vago no trabaje sino que no
compre. Si hay abundancia no hay clientes. La cuestión es si la abundancia está
disponible o no. Quién dispone de la abundancia, si todos (propiedad común) o
algunos (propiedad privada). En este último caso, pobres son los que no tienen
bienes comunes o personales. Los arrojados al arroyo que, si quieren vivir
tienen que comprar. Los pobres están obligados a ser clientes, pero para ello
deben trabajar. Si consumen y no compran, porque no trabajan, son delincuentes,
salvo que tengan licencia.
Decía un Juez Pedáneo de Córdoba en 1803:
"Asimismo ha de merecer a la recta justicia de Usted, libre sus órdenes sin distinción de todo el
que se topase, sin papel de conchabo,
autorizado por Juez, sea remitido a esa Real Cárcel, para que de ese modo vivan
sujetos los vagos con personas de honrada conducta y suficientes bienes..."[18]. (Subr. EL)
Suficientes bienes para mantenerlos y hacerlos
trabajar, conchabarlos.
"La reina Juana y Carlos I en Valladolid
habían distinguido ya en 1523 a «los verdaderamente pobres» a quienes
autorizaban a mendigar en sus ciudades o villas o aldeas y lugares de su tierra
[...] en tanto acreditasen cédula y
licencia para hacerlo"[19]. (Subr. EL)
"Ciegos «verdaderos" confesados y comulgados, y estudiantes con
licencia del Rector o del Juez Eclesiástico podían también mendigar en sus lugares
de origen o residencia"[20].
Mendigos, ciegos y estudiantes que no eran
maltentretenidos.
El "advertainment",
malentretenidos y "prosumidores".
Pero hay entretenimientos que producen clientes y
consumidores que producen entretenimientos. El entretenimiento es un lugar de
producción de clientes que, aunque no compren efectivamente de todos modos
tienen valor, valor de plaza. Y no son vagos, son consumidores que producen.
Tanto en el ámbito del marketing, el branding, la mercadotecnia o la
mercadología, como entre los partidarios de la teoría del capital cognitivo se
denominan prosumidores. Son aquéllos
que consumiendo producen.
Tienen particular relevancia en el advertainment. "El advertainment es, ante todo, entretenimiento donde la marca está
presente de manera intangible [...] el objetivo final de esta herramienta de
comunicación publicitaria es entretener, divertir a un público [...] busca al
consumidor en sus momentos de ocio y entretenimiento, más apropiados a la
experimentación de la marca [...] estos contenidos pueden ser objeto de
colección para los heavy users o
usuarios intensivos, estos son aquellos clientes que viven la marca de una
forma activa y que desean propagar su
mensaje porque lo sienten como propio"[21].
(Subr. EL)
"Todo
esto podría relacionarse con el paso del
consumidor pasivo al prosumidor, término
que fue acuñado por Toffler en su obra La Tercera Ola, donde hace referencia a un
nuevo agente de la “aldea global” que no se limita a su función de consumidor
sino que puede aportar también otros bienes, o servicios a la red"[22].
Alvin
Toffler es el futurólogo de cabecera de Carlos Slim, según Forbes, quizá el
hombre más rico del mundo. En una entrevista del 2008 decía a CNN Expansión: “Los consumidores ofrecerán cada vez más consejos gratuitos a las empresas y esos consejos
formarán parte del sistema económico de
producción”. “Es un fenómeno en el que los consumidores crean valor
económico por sí mismos y posteriormente transfieren
ese valor a la gran economía monetaria”[23]. (subr.EL)
Los prosumidores producen gratuitamente y
transfieren valor, generando un bien intangible: clientes potenciales,
expectativa de ganancia, capital intelectual.
Hay otras formas de producción gratuita de este
tipo más visibles cuando quince mil personas corren diez kilómetros con
remeritas con el logo de Nike.
"Hoy los consumidores se
transforman en medios de comunicación, son
productores en el ámbito de la promoción [...] hoy, todos consumidores y
productores son una misma persona. El
análisis de la competencia y la identificación del valor agregado, ejes
centrales de un plan de empresa, adquiere otra dimensión con la llegada de los
Prosumidores"[24]. (Subr.
EL)
Pero los entretenimientos más
difundidos quizá sean los videojuegos. También utilizados en el advertainment y, quizá también donde más
operen los prosumidores.
"Videojuegos
o juegos online, conocidos
profesionalmente como advergaming, en ocasiones las marcas crean sus propios
juegos o videojuegos donde tanto el producto como los valores de la marca están
presente"[25].
Para los partidarios de la teoría del capital cognitivo constituyen
su actividad paradigmática.
"Muchos
de los juegos, sobre todo los buenos, son una creación de redes que superan el
marco del lugar de trabajo. Estas redes incorporan, de muchas maneras, la
actividad productiva no remunerada
de los consumidores en el desarrollo del juego. Estos procesos de movilización
de los «prosumidores» digitales comprenden la recuperación de información sobre los
gustos y las preferencias de los jugadores por procedimientos de vigilancia en red y de líneas
abiertas, la creación de centros de experimentación de ocio interactivos, y la utilización, por medio de una
simple llamada, de una fuerza de trabajo de reserva, la de los amantes de los juegos digitales. [...] Los casos
paradigmáticos son a este respecto
Doom y Quake, matanzas laberínticas
de monstruos épicos en las que los relatos originales son interminablemente
desarrollados mediante la adición de nuevos estratos creados
por los jugadores y por la circulación en Internet. Estos procesos son ahora
corrientes en todo lo relativo a los
juegos de ordenador; sirven para
crear no sólo una renovación del
interés por los juegos, sino también una especie de área de entrenamiento voluntario y de reclutamiento para los futuros
obreros de la industria"[26].
Capital cognitivo
y cercamientos.
Los
partidarios de la teoría del capitalismo cognitivo, algunos de los cuales se
expresan en la revista Multitudes,
ponen el acento en la creatividad de los usuarios de software. Esta actividad
está cercada por los derechos de propiedad intelectual y ese cercamiento
configuraría el período de acumulación primitiva del nuevo capitalismo del
conocimiento. Sus productores conforman ahora el cognitariado. Se trata de una nueva economía que cuestiona toda la
economía clásica .
"El capitalismo cognitivo se encuentra en su fase de
acumulación primitiva"[27].
Ellos prestan singular atención a la figura del cercamiento hallándola en los derechos
de propiedad privada de los conocimientos (propiedad intelectual, patentes,
etc.), es decir, como "peajes de acceso al conocimiento". Peajes que se hallan en oposición a las
"externalidades positivas", esto es, al uso productivo gratuito y
colectivo de aplicación y creación por parte de los consumidores, que hace que
"la apropiación privada se vuelva cada vez más acrobática y profundamente
inoperante".
Esto da lugar a la aparición de figuras híbridas , como lo
es el copyleft. "Ella produce propiedad social y
colectiva utilizando el derecho comercial". Es un "derecho
moral" que debilita la mercantilización de los conocimientos . "El
monopolio de la propiedad de la ciencia no está asegurado frente al cognitariado (el proletario del trabajo
cognitivo, quien puede ampliamente
apropiarse de los instrumentos de trabajo y evadirse en actividades no
mercantiles o controladas por él)"[28]. (Subr.
EL)
La
actividad, que confunde ahora en una misma persona al consumidor y al productor
no remunerado, generaría un posibilidad de salir de la lógica mercantil. Se
confunden mercado y producción. Dado que esta actividad genera valor sería un
derecho moral, no jurídico, la implantación de una renta universal, ya que la
producción es directamente social: el general
intellect que anunciaba Marx en los Grundrisse.
Una
idea clave para esta escuela es que hay una "reducción casi a cero del
coste de reproducción del conocimiento. [...] La reproductibilidad indefinida,
con un coste casi nulo del conocimiento, vuelve muy inoperantes, inaplicables, las reglas y las sanciones
previstas para obligar a los consumidores a pagar" (Subr. EL)[29].
Es decir, vuelve inoperantes las normas para transformar el consumidor en
cliente.
De allí
se deriva, por ejemplo, que los salarios
no deberían contabilizarse como un pasivo, ya que si los prosumidores trabajan
gratis no se adeudan salarios. Esta contabilización falsea la apreciación del
valor. Lo mismo sucede con las inversiones materiales en red ampliamente
financiadas por la intervención pública[30].
Es decir, con una apropiación de lo público, tal como en la acumulación
primitiva.
De allí
deriva también la crisis especulativa de las empresas de la economía Internet.
Su actividad es "cada vez más parasitaria", no se trata de ganancias
sino de una renta fundada en "el reforzamiento de los derechos de
propiedad intelectual y las estrategias que han llevado al desarrollo de la
financiarización"[31].
Y de
allí el fracaso de la net economy que
traduce la dificultad que experimenta "para tomar realmente el control de
la esfera de la información, del conocimiento, con las herramientas que dispone
(es decir, los derechos de propiedad y las instituciones represivas o
iniciativas encargadas de hacerse respetar) [...]"[32].
Creo
que es verdad que con el clásico derecho de propiedad no es fácil cercar los
conocimientos. Hegel ya lo había sentenciado y también había dicho que respetar
la autoría intelectual era sólo una cuestión de honor, derecho moral para estos
autores. Si el clásico derecho de propiedad no funciona y el consumidor no está
obligado a pagar, no hay mercancía. Aun más, esta actividad del prosumidor por
puro gusto y sin remuneración, sería el sueño de Holloway, un hacer. Pero me parece que ello no
significa que no exista apropiación del trabajo ajeno ni ganancias.
Probablemente Sony, Nintendo y Toffler sean más descarnados.
Estos teóricos
señalan que se ha debilitado la separación del productor de los medios de
producción y, con ello, la diferencia entre productor y consumidor. Y, al menos
en ese sector de la producción, esto parece ser así. Pero quizá el prosumidor no se alimente ni cobije con software. Los
autores lo sospechan y por ello proponen una renta universal[33].
La
separación de los consumidores con los medios de subsistencia es la otra cara
de la acumulación primitiva que también se reproduce incesantemente. Y en ese
divorcio las nuevas formas de propiedad
que atienden a otros bienes intangibles, como los son la clientela y la
ganancia futura, se expresan de otra manera. El carácter de comodities, futuros y derivados de los
granos, que no conducen tanto a crisis financieras como a crisis alimentarias,
por un lado[34].
Y, por otro, al consumismo real o virtual generado por el marketing, donde el prosumidor, como vimos tiene también su puesto. Y allí están los clientes, los obligados a comprar.
Y endeudarse, y trabajar para pagar.
La acumulación
primitiva.
Esa
otra cara de la acumulación primitiva parece a veces la carta robada del cuento de Poe.
Una importante y fructífera corriente vincula la acumulación
primitiva a las desposesiones más o menos violentas de los recursos naturales
(las industrias extractivas) y los bienes comunes (privatizaciones). Acá el acento está puesto en la separación y
destrucción de las condiciones de vida naturales (medio ambiente) y sociales
(comunidad) como vía de mercantilización. Dentro de esta corriente se ha
polemizado respecto a continuidad o no de la acumulación primitiva en nuestra
época.
La polémica fue publicada en la revista Theomai. Claudia Composto y
Diego Pérez Roig, en la Presentación del número 26, reseñan alguna de estas
posiciones[35].
Ellas van desde negar de plano cualquier sentido
transhistórico de la acumulación dado que éste es un concepto muy preciso: "la
acumulación de capital propiamente dicha incluye en sí misma la continuidad de la separación entre trabajadores y medios
de producción, pero en el marco del sistema capitalista ya consolidado[36] (subr.EL), hasta sostener que "la acumulación primitiva no
puede ser reducida a un acontecimiento histórico pasado, sino que se encuentra
necesariamente presente en los sistemas capitalistas «maduros»
[...] una vez consumada la escisión originaria entre productores y medios de producción, aquella se perpetúa y
reproduce a escala ampliada [...] la
acumulación primitiva se reactualiza como
estrategia reactiva del capital [...]"[37] (Subr.EL). En este último sentido también se sostiene que "la
acumulación primitiva no se restringe al período de transición entre modos de
producción que culminó con la emergencia del capitalismo [...] la acumulación
primitiva se reproduce constantemente de dos formas: a) a partir de una recurrente separación de productores directos de sus
medios de producción, [...];b) por medio de la reproducción de la relación
salarial en el marco de relaciones del capital ya establecidas, con el objetivo
de reafirmar la explotación de la fuerza
de trabajo en el ámbito productivo. [...] la acumulación primitiva produjo
como resultado el divorcio originario de
las masas de población respecto de sus medios de producción y subsistencia" (Subr. EL)[38].
Una variante estaría constituida por una lectura de un texto
de Harvey de 2004, que hacen las autoras
de la presentación: "Según Harvey, «la
acumulación primitiva que abre una vía a la reproducción ampliada es una cosa y
la acumulación por desposesión que
interrumpe y destruye una vía ya abierta es otra muy diferente» [...] Ciertamente,
existe una necesidad teórica de diferenciar conceptualmente a los mecanismos
extra-económicos transicionales entre
modos de producción –la «acumulación
originaria» propia
del clásico ejemplo inglés, o la que se produjo en los países latinoamericanos
al momento de su plena integración al
mercado mundial en el siglo XIX–, de aquellos que operan al
interior de relaciones
capitalistas plenamente constituidas –productores directos ya separados de los medios de
producción,
Estado-nación consolidado y mercado interno establecido–, o en sus márgenes -
afectando formas de relacionamiento social no-capitalistas, pero sometidas por
aquellas.
Así, la asimilación de prácticas caníbales, depredadoras y
fraudulentas propias de la
acumulación originaria, ha contribuido a la parcial
resolución del crónico problema de
sobreacumulación que aqueja al capitalismo desde mediados de
los ‘70. La liberación y
apropiación de activos –que van desde recursos naturales y
saberes ancestrales, hasta
empresas públicas y derechos sociales- a un precio muy bajo
(o nulo), permite que los
excedentes ociosos de capital se canalicen de forma rentable
a través de la privatización, la
mercantilización y
la especulación financiera. En
efecto, la prolongada crisis en el ámbito de la reproducción ampliada llevó a
una profundización y extensión inusitada de la
acumulación por desposesión en los últimos cuarenta años,
que convirtieron a esta dinámica predatoria en el núcleo central de las
prácticas imperialistas [...][39]. (Subr. EL)
Como vemos, respecto a
la acumulación primitiva, en todos los casos la separación entre el
productor y los medios de producción tiene el papel más relevante. No así en el
caso de la acumulación por desposesión, pues aquí se mencionan la
mercantilización y la especulación financiera. No obstante, si nos atenemos a
esta lectura de Harvey, lo definitorio de las relaciones capitalistas
plenamente constituidas es la separación del productor directo de sus medios.
Sólo Bonefeld menciona de paso la separación de los medios de subsistencia, es
decir del consumo. Y, con ello, la obligación
de comprar que obliga a vender. El doble
papel del salario a que hace referencia el párrafo de Marx transcrito al
comienzo.
Acumulación por desposesión.
Transcribí la anterior lectura de Harvey al solo efecto de
ejemplificar sobre el doble carácter de la separación, pero sería injustificado
omitir su visión de conjunto.
En un texto de 2011, luego de hacer referencia a las
expulsiones campesinas de las tierras,
dice: "Estas formas de desposesión, todavía en práctica aunque se dieran
con mayor fuerza aún en las primeras etapas del desarrollo capitalista, tienen
muchos equivalentes actuales"[40]. (Subr. EL)
"El sistema de
crédito se ha convertido ahora, no obstante, en la principal palanca moderna para la extracción de riqueza del resto de la
población por el capital financiero". Y, entre otras prácticas
depredadoras de la financiarización señala "[...] la promoción de niveles de endeudamiento que reducen a poblaciones enteras,
incluso en los países capitalistas avanzados, a la servidumbre por deudas [...]"[41]. (Subr. EL)
Me parece claro que la promoción de niveles de endeudamiento
tiene como medio el consumo, que éste es un modo de apropiación del trabajo
ajeno y que su destinatario es el capital financiero.
La carta robada.
"Con la
parte de la población rural que queda disponible quedan también disponibles,
por tanto, sus antiguos medios de
subsistencia, que ahora se convierten en elemento material del capital variable. Ahora, el campesino
lanzado al arroyo, si quiere vivir, tiene que comprar el valor de sus
medios de vida a su nuevo señor, el
capitalista industrial, en forma
de salario".
Si volvemos a este texto propongo detenernos en la
afirmación Si quiere vivir tiene que
comprar el valor de sus medios de vida bajo la forma salario.
Los medios de vida o consumo de sobrevivencia son el
elemento material del capital variable. El capital variable es la parte del
capital en forma dinero destinada a
salarios, es decir el fondo destinado a mantenimiento de los productores. El
dinero es la forma del valor. Por eso el proletario debe comprar el valor de los medios de vida y éste
valor tiene la forma dinero. Luego, para poder comprar debe poseerlo y el único
modo de poseerlo es ganar un salario. Por lo tanto tiene que comprar el valor
de sus medios de vida bajo la forma salario. El salario no es, entonces, sólo
el precio de la fuerza de trabajo sino la forma bajo la cual el productor
compra sus medios de vida, es decir consume.
Creo que de no leerse así la afirmación de Marx no tendría
demasiado sentido.
Y, si esto es así, este es el aspecto fundamental de los
cercamientos que, efectivamente se siguen reproduciendo, pero no ya como punto
de partida histórico y lógico del régimen salarial del capitalismo industrial,
sino como resultado del sistema ya
desarrollado y, ahora, bajo el comando del sector financiero. Sector cuya
base es el préstamo y no la producción, que se halla subordinada a él.
No es extraño entonces que la Bolsa de Nueva York, donde se
cotizan las acciones de las empresas haya sido comprada por la Intercontinental Exchange (ICE), operadora
electrónica de mercado de derivados y commodities.
Lugar, precisamente, donde se negocian, entre otros, los futuros de alimentos, de medios de subsistencia.
Ninguna forma de apropiación del trabajo ajeno desaparece
totalmente, pero las menos desarrolladas suelen sucumbir ante el dominio las
más desarrolladas, operando como resultado y función de éstas[42].
La clientela subsiste como un activo a futuro, como
compradores potenciales o virtuales,
más que efectivos. Así es como tienen un valor para la "industria
financiera" y, por eso, poco importa si dos quintas partes de la población
mundial no compra o compra poco. Por eso, me parece, conviven el consumismo y
el subconsumo.
Todos los fenómenos que dan lugar a este renacimiento
teórico de la acumulación primitiva son constatables y todas las denuncias me
parecen pertinentes. Pero quizá no lo sean las traslaciones analógicas.
El papel relevante de la separación del productor de los
medios de consumo, a la par que el de los medios de producción, significa la
creación del mercado del capital
industrial y, con él de la clientela. Esto está señalado precisamente en este
famoso Capítulo XXIV, probablemente, el lugar donde Marx se refiere más al
consumo de subsistencia.
" [...] se despoja a los pobres de una parte de sus medios de sustento, [...] «se verán convertidos
en hombres obligados a trabajar para
otros si quieren comer y tendrán que ir
al mercado para proveerse de cuanto necesiten"[43].
(Subr. EL)
"La expropiación y el desahucio de una parte de la
población rural, no sólo deja a los obreros, sus medios de vida y sus
materiales de trabajo disponibles para que el capital industrial los utilice,
sino que además crea el mercado interior.
En efecto, el movimiento que convierte a los pequeños labradores en obreros
asalariados y a sus medios de vida y de trabajo en elementos materiales del
capital, crea para éste, paralelamente,
su mercado interior. [...] estas materias
primas y estos medios de vida se convierten
ahora en mercancías, vendidas por los grandes arrendatarios, que encuentran su mercado en las
manufacturas. [...] La numerosa
clientela diseminada y controlada hasta aquí por una muchedumbre de
pequeños productores que trabajaban por cuenta propia se concentra ahora en un gran mercado atendido por el capital
industrial"[44].
(Subr. EL)
También la cuestión de la
deuda como modo de apropiación del trabajo ajeno está planteado en el
capítulo sobre la acumulación primitiva, por lo que éste amerita un mayor
análisis, que supere aquellas lecturas impuestas como aproximación y
divulgación a los alumnos del Ciclo Básico Común.
El cliente ciudadano.
Pero el camino del cliente no se ha perdido en su carácter
de activo intangible como potencial generador de expectativas de ganancias. El
cliente real, efectivo, el gran cliente, el VIP, ha logrado un privilegio
histórico. Ha superado al ius sanguinis
y al ius solis. Con su estatus puede adquirir la residencia y
la nacionalidad de un país, aunque no viva ni
haya nacido en él. Así como el siervo llegó a ser propietario, el
cliente ha llegado a ciudadano.
"El
Gobierno planea otorgar la residencia a quienes compren pisos de 160.000 euros.
El Gobierno haría esa excepción con quienes compren una casa de más de 160.000
euros. La medida busca animar la venta de viviendas entre inversores chinos y
rusos"[45].
La
residencia es un paso obligado para la obtención de la ciudadanía. Medidas
similares ya se tomaron en Portugal e Irlanda.
Claro
es que las casas deshabitadas son en su mayoría aquéllas abandonadas por no
poder pagar las hipotecas por los otros clientes, los desposeídos, y de las que
son acreedoras los bancos. Es decir,
premio de ciudadanía para cobrar los créditos financieros. Destrucción de la
propiedad personal basada en el trabajo por la propiedad capitalista-financiera
basada en el préstamo para el consumo. La deuda de los vagos y malentretenidos
de hoy, que ya no pueden ni
mendigar."En Asís, la ciudad de San Francisco, está prohibido mendigar (algo que también ocurre en Verona,
Venecia y Florencia, entre otras) porque puede causar molestia o acoso a los
turistas"[46].
También en Valladolid[47], donde "La reina Juana y Carlos I en
Valladolid habían distinguido ya en 1523 a «los verdaderamente pobres» a
quienes autorizaban a mendigar en sus ciudades o villas o aldeas y lugares de
su tierra [...] en tanto acreditasen cédula y licencia para hacerlo".
Quizá valga la pena pensar la profanación de los usos como consumos
atendiendo a alguna indicación de Giorgio Agamben en Profanaciones. Algo más que indignarse.
Agradezco
a mi esposa, Profesora Julia Falcón, la paciencia y la indicación y préstamo de
la bibliografía sobre las haciendas en México.
Edgardo
Logiudice
Diciembre
2012.
[1]
MARX, Carlos. El Capital. Crítica de la
Economía Política. Buenos Aires, 1956. Cartago. Tomo I, Pág. 598.
[2] Customer: The
actual or prospective purchaser of products or services. American Marketing Association, Dictionary.
http://www.marketingpower.com/_layouts/Dictionary.aspx?dLetter=C#customer+orientation
[3]
Esta expresión que figura en muchísimos trabajos de mercadotecnia probablemente
esté inspirada en Philip Kotler, un prolífico y aparentemente respetado
estudioso del marketing.
[4]
MORA OLMOS, Marlene (Universidad Tecnológica de Jalisco) . Tipos de clientes tradicionales y de
Internet.
https://docs.google.com/document/d/1g7dxxmJVyPmh7F1JMO3mVLVMjjQU0ue_WL8PDtrQMoQ/edit
[5]
Ver MAGLIOLO, José M. y otros. Capital
intelectual: el intangible generador de valor del tercer milenio. Sextas
Jornadas "Investigaciones en la Facultad" de Ciencias Económicas y
Estadísticas, noviembre 2001, Universidad Nacional de Rosario.
[6]
MARX, C. Op.cit. Pág. 599.
[7]
ALFÖLDI, Géza. Historia social de Roma. Madrid,
1996. Alianza Editorial.
[8]
MARX, C., Op.cit. Pág.604.
[9] Bentura Beleña,
Recopilación sumaria, I, 2a.
[10]
GIBSON, Charles. Los aztecas bajo el
dominio español (1519-1810).México, 1967. Siglo XXI,. Pág. 250.
[11] ZAVALA, Silvio. Programa
de Historia de América en la época colonial. México, D. F., 1961. Instituto
Panamericano de Geografía e Historia, Comisión de Historia, Publicación núm.
260, Pág. 185.
[12]
GIBSON, Charles. Op.cit. Págs. 257/258.
[13]
TAYLOR, William B., Haciendas coloniales en el Valle de Oaxaca. En AA.VV., Op. cit. Pág. 93.
[14]
En los años sesenta hubo fuertes polémicas sobre el carácter capitalista o no
de estas explotaciones. Dado que no es el caso tratarlas acá opto por este
término, teniendo en cuenta la existencia la forma salario como Modo de
apropiación del trabajo ajeno.
[15]
RILEY, James Denson. San Lucía:
desarrollo y administración de una hacienda jesuítica en el siglo XVIII. En
AA.VV, Haciendas, Latifundios y
plantaciones en América Latina. México, 1975. Siglo XXI, Pág. 259.
[16]
Real Orden sobre vagos, siglo XVIII. Colección
Manuscritos de la Biblioteca Nacional, Legajo 290, Documento 4468. En YANZI
FERREIRA, Marcela Aspell (Universidad de Córdoba). La regulación jurídica de las formas de vida marginal en Indias.
Revista chilena de Historia del derecho, Facultad de derecho Universidad de
Chile, n° 16, 1990. En
http://www.historiadelderecho.uchile.cl/index.php/RCHD/search/advancedResults
[17]
YANZI FERREIRA, Marcela Aspell. Op. cit.
[18]
Íd.ant.
[19]
Íbid.
[20]
Novísima Recopilación, Libro VII, Título XXXIX, Ley VIII. Citado Ídem.
[21]
RAMOS, Marina. Cuando la marca ofrece
entretenimiento: aproximación al concepto de advertainment. Revista
Questiones Publicitarias, vol.1, n° 11, 2006, págs. 42,43. http://www.maecei.es/questiones_publicitarias11.html
[22]
RAMOS, Marina. El advertainment y las
transformaciones de los formatos en el ámbito publicitario: el caso de los fashion films. Tripodos Extra, 2009, Vol
2, Págs. http://www.academia.edu/542636/El_advertainment_y_las_transformaciones_de_los_formatos_en_el_ambito_publicitario_el_caso_de_los_fashion_films
[23] El futuro según Alvin Toffler. http://www.cnnexpansion.com/expansion/el-futuro-segun-alvin-toffler
[24] "Los 'Prosumidores', esenciales en las nuevas estrategias de marketing online". En http://www.puromarketing.com/
[25]
RAMOS, Marina. Op.cit. Pág. 45.
[26]
DYER-WHITEFORD, Nick. Sobre la contestación al capitalismo
cognitivo. Composición de clase en la industria de los videojuegos y de los juegos de ordenador. En AA.VV. Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva.
Madrid, 2004. Traficantes de sueños, pág. 54.
[27]
MOULIER-BOUTANG, Yann. Riqueza,
propiedad, libertad y renta en el "capitalismo cognitivo". En
AA.VV. Capitalismo cognitivo, propiedad
intelectual y creación colectiva. Madrid, 2004. Traficantes de sueños. Pág.
111.
[28]
Íd.ant. pág. 118.
[29]
MOULIER-BOUTANG, Yann. Riqueza,
propiedad, libertad y renta en el "capitalismo cognitivo". En
AA.VV. Capitalismo cognitivo, propiedad
intelectual y creación colectiva. Madrid, 2004. Traficantes de sueños. Pág.
110.
[30]
Íd.ant.
[31]
VERCELLONE, Carlo. Capitalismo y
conocimiento: "Existe una contradicción sustancial entre la lógica del
capitalismo cognitivo y las condiciones para una economía basada en el
conocimiento". Entrevista de Pablo Míguez en Herramienta n° 50, Buenos Aires, julio 2012, pág. 160.
[32] MOULIER-BOUTANG, Yann. Op.
cit.
[33]
"Para pasar dos horas en la red, para leer, para inventar empleos que no sean formas degradantes
de esclavitud disfrazada, es necesario haberse liberado de la búsqueda
cotidiana del pan, del alquiler
mensual, de las facturas de teléfono". Íd.ant.
[34] " [...] la conversión de los bienes naturales
-tanto renovables como no renovables- en
commodities, esto es, un tipo de activos financieros que conforman una
esfera de inversión y especulación extraordinaria por el elevado y rápido nivel
de lucro que movilizan en tanto «mercados
futuros», responsables directos del aumento ficticio de los
precios de los alimentos y de las materias primas registrado en el mercado
internacional
durante el último lustro". COMPOSTO, Claudia,
NAVARRO, Mina Lorena. Estados,
transnacionales extractivas y comunidades movilizadas: dominación y
resistencias en torno de la minería a gran escala en América Latina.
Revista Theomai n° 25, Primer
semestre 2012. En http://revista-theomai.unq.edu.ar/NUMERO%2025/7Composto.pdf
[35]
COMPOSTO, Claudia; PÉREZ ROIG, Diego. Trazos
de sangre y fuego ¿continuidad de la acumulación originaria en nuestra época?.
Revista Theomai 26. Segundo semestre
de 2012. http://revista-theomai.unq.edu.ar/NUMERO%2026/Presentaci%C3%B3n.pdf
[36]
ZAREMBKA, Paul. La acumulación primitiva
en el marxismo ¿Separación histórica o trnashistórica de los medios de
producción? En Theomai 26,
Op.cit.
[37]
DE ANGELIS, Massimo. Marx y la
acumulación primitiva. El carácter continuo de los "cercamientos"
capitalistas. Theomai 26. Op.cit.
[38]
BONEFELD, Werner. La permanencia de la
acumulación primitiva: fetichismo de la mercancía y constitución social. Theomai 26. Op.cit.
[39]
COMPOSTO, Claudia; PÉREZ ROIG, Diego. Op.cit.
[40]
HARVEY, David. El enigma del capital y la
crisis del capitalismo. Madrid, 2012, Akal, Pág. 202.
[41]
Íd.ant. Pág. 203.
[42]
"Hoy, la supremacía industrial
lleva consigo la supremacía comercial. En el verdadero período manufacturero
sucedía lo contrario: era la supremacía comercial la que daba el predominio en
el campo de la industria". MARX, C. Op.cit. Pág. 604.
[43]
Íd.ant. Pág. 583.
[44]
Íd.ant. Pág.599.
[45]
El País, Madrid, 19/11/2012.
[46]
La Nación, 24/8/2008.
[47]
"La Policía Municipal de Valladolid ha
denunciado a tres mendigos con
una multa de 80 euros a cada uno de acuerdo con la ordenanza municipal que
prohíbe la mendicidad en la vía y espacios públicos de la ciudad, que entró en
vigor el pasado 1 de abril". ABC,
Madrid, 7/6/2012.