Se vogliamo che tutto rimanga come è,
bisogna che tutto cambi. Mi sono
spiegato?
Ernst Bloch
En 1977 el estudioso alemán Arno Münster, un discípulo,
publica una selección sistematizada de entrevistas realizadas a su maestro
Ernst Bloch entre los años 1965 y 1976. En 1984 fue traducida al italiano[1].
El autor de El principio esperanza decía en una de ellas: "La utopía no es
un mito; sobre todo, tratándose de la utopía concreta […] representa un
principio de lucha. Reenvía a cuanto de nuevo ha permanecido aun inexplorado
[…] es una fuerza social que juega su rol aun cuando no sea siempre reconocida
como tal. La utopía de una vida distinta y mejor ha sido siempre
revolucionaria".
"La esperanza no es fe. […]
No se posee jamás la seguridad, pero cuando no se tiene ninguna esperanza, todo
hacer es imposible". "Se trata de comprender como lo posible puede
ser posible. […] la articulación de lo posible, latente en el presente".
Ni mito ni fe, indagar la
posibilidad, lo inexplorado de lo posible, de lo nuevo. No el posibilismo de la
imposibilidad de los hechos sólo posibles y seguros y el mito y la fe como
fáciles coartadas que aparentan esperanzas donde no las hay.
Gramsci
Manuel Sacristán llamábase a sí mismo grande garabatero,
siendo para él garabatos sus textos manuscritos. De éstos se conservó uno
inédito hasta 1998. Escrito a finales de los sesenta lo había titulado El Orden y el Tiempo. Introducción a la obra
de Antonio Gramsci (1891-1937) [2].
En los fragmentos que se conservaron, que por diversas
razones Sacristán no quiso publicar como la introducción a su célebre Antología editada en México en 1970,
éste sostiene que el "motivo rector del pensamiento y la práctica del
fundador de L´Ordine Nuovo [es] el
problema del orden de la vida de los
hombres, el tema de la caducidad del orden viejo, y el de los tiempos con y en que puede aparecer el
orden nuevo".
Recordaba Sacristán que dos años antes de aparecer L´Ordine Nuovo lo hace el ya legendario
periódico, del que sólo se publicó un número, La Città Futura. El joven Gramsci escribió allí sobre las utopías y
el orden. La intención, señala, era "educar a los jóvenes socialistas en
la justificación de la tendencia a la utopía, aun sin caer en ella". Decía
allí el sardo de algunas utopías que "no tenían base porque eran demasiado
analíticas", "el defecto … consiste en creer que la previsión puede
ser previsión de hechos" y "no es concebible una voluntad colectiva
que no tenga un objetivo universal concreto".
En ese texto, titulado "Tres
principios, tres órdenes", decía "La palabra orden tiene un poder
taumatúrgico". Tiene que tener algo prodigioso, presentando el desorden
reglado como orden humano, y evitar así la conciencia de la explotación.
"Los socialistas no tienen que sustituir un orden por otro. Tienen que
instaurar el orden en sí". Un orden humano que, como objetivo universal concreto,
una voluntad colectiva que sustituya con él el viejo orden.
Laclau
"Cuando la gente se siente
muy afectada por un proceso de desintegración social, finalmente lo que
necesita es algún tipo de orden. Que orden prevalecerá es una consideración
secundaria". Lo decía Ernesto Laclau en una entrevista de Tiempo Argentino el primero de octubre
de 2011.
Poder taumatúrgico del orden.
Prodigio de los hechos, cualesquiera que sean, inmediatamente posibles, que
restauren el orden que restará tan desordenado como estaba. Pragmatismo del
statu quo del orden impostado. Que sustituye la utopía por el mito y la
esperanza por la fe. Impostación de cambio que ahoga cualquier voluntad colectiva de un orden humano nuevo.
Conservación del desorden del que las crisis políticas y económicas
no son más que el síntoma del desorden inhumano de la barbarie naturalizada del
hambre, la desigualdad, a degradación, la violencia, la muerte. De humanos, del
género llamado humanidad.
Giuseppe Tomasi
En 1963 Luchino Visconti hizo
famosa la única novela de Giuseppe Tomasi, Príncipe de Lampedusa, escrita entre
1955 y 1956 y publicada en 1958, después de su muerte: Il gattopardo[3].
Un leopardo, cuya figura era el centro del escudo de armas de su familia. Y, de
su familia, el bisabuelo es quien inspira el protagonista. En la ficción un
Príncipe siciliano de la Casa de los Salina, nobleza decadente de aires
aristocráticos, en la isla que era parte aun del Reino de las Dos Sicilias bajo
los Borbones.
1860 es tiempo del Risorgimento, de la liberación y la
unificación de Italia. La unificación va adelante en nombre de los Savoya, el Rey
Vittorio Emanuele II.
Tiempo también de ascenso de la
alta burguesía de la isla. Y la aristocracia busca componendas, no todas del
agrado de nuestro a veces nostálgico Príncipe.
Garibaldi desembarca en Marsala al
frente de sus Mil voluntarios. Un
sobrino del viejo noble, Tancredi, se alista en las tropas de camisas rojas.
El aristócrata ha visto el cuerpo
destrozado de un soldado caído. Su sobrino está a punto de partir al frente.
El Príncipe tuvo una de sus acostumbradas visiones
repentinas; una escena cruel de guerrillas, descargas de fusilería en el
bosque, y su Tancredi por los suelos, con las tripas fuera como el desgraciado
soldado.
- Estás loco, hijo mío. ¡Ir a mezclarte con esa gente!
Son todos unos hampones y unos tramposos. Un Falconieri debe estar a nuestro
lado, por el rey.
- Por el rey, es verdad, pero ¿porqué rey?...Si allí
no estamos también nosotros-añadió- esos te endilgan la república. Si queremos que todo siga como está, es
preciso que todo cambie. ¿Me explico? …Hasta pronto. Volveré con la
tricolor.
Luego del triunfo de Garibaldi, el
gobierno central envía al funcionario Chevalley
para ofrecer al Príncipe, escéptico en cuanto a posibilidades de
modernizar Sicilia, una senaduría que
éste no acepta. Terminado el encuentro
Chevalley pensaba:
«Este estado de cosas no durará. Nuestra administración
nueva, ágil y moderna cambiará todo.»
El príncipe estaba deprimido:
«Todo esto no tendría que durar, pero durará siempre…Y
luego será distinto pero peor. Nosotros fuimos los Gatopardos, los Leones. Quienes nos sustituyan será chacalitos y
hienas, y todos, gatopardos, chacales y ovejas, continuaremos creyéndonos la
sal de la tierra.»
Así es como nace, desde la única
novela póstuma escrita por un ignoto literato amateur, una expresión que
alcanza el rango de categoría política. Redondeada con otras reflexiones:
¿Y ahora que
ocurrirá? Bah, tratativas salpicadas de
escopetazos innocuos y, después, todo será lo mismo mientras todo estará
cambiado.
Sucederían
muchas cosas, pero todo habría sido una
comedia, una ruidosa y romántica comedia con alguna manchita de sangre sobre el
bufonesco disfraz.
Para que todo
quede como está. Como es en el fondo: solamente una imperceptible sustitución de grupos.
El viejo noble había descubierto
una estrategia del orden del desorden: los
bomberos disfrazados de incendiarios. Héroes de batallas libradas por
otros. Para otro monarca.
Tsipras
En estos "tiempos
comprimidos" en la expresión de David Harvey, algunos procesos políticos
expresan en forma sintética y acelerada lo que hasta no hace mucho tiempo
demandaba algunos años. No ya el largo proceso del Risorgimento, sino de algunos acaecidos por estos pagos, mejor
conocidos por nosotros, cuyo sentido se evidencia después de algunos años.
Grecia parece ser, aunque con
sus especificidades claro, una muestra de ese tiempo comprimido en nueve meses.
Los hechos son conocidos. En dos de los países más pobres de Europa, castigados
por crisis financieras, onerosos "rescates" y fuerte corrupción,
surgen dos movimientos que hacen temblar las barbas de los que manejan el orden
del desorden: Podemos y Syriza. Movimientos que se proclaman algo nuevo,
irrumpen como un sismo de radicalidad. Los hechos son conocidos.
Gabriel Puricelli,
vicepresidente del Laboratorio de Políticas Públicas, ha analizado las
recientes elecciones que confirman a Tsipras como Primer Ministro de Grecia[4].
"La
única bandera que queda incuestionablemente en pie del programa
económico original de Tsipras es el reclamo de una quita de la deuda".
"…el mandato recibido en las elecciones de enero se había
revelado de imposible cumplimiento: no era posible rechazar en sus términos
principales el acuerdo con los acreedores y al mismo tiempo seguir en el euro".
"La mayoría [de Syriza] planteó mantenerse en el euro y
realizar correcciones minimalistas al
ajuste puesto como condición por el Eurogrupo".
"Una minoría … de los griegos, los suficientes como para
darle la posibilidad de formar una mayoría parlamentaria, estuvo esta vez de
acuerdo con Tsipras. Hizo de Syriza el nuevo eje de la izquierda griega, confirmando el reemplazo del Pasok en esa
función".
(Pasok fue la socialdemocracia griega,
otrora poderosa, que gobernó durante los ochenta y noventa. La función de Pasok
con la deuda fue firmar el primer rescate que llevó a la actual crisis helena)
"El propio Tsipras no prioriza un reordenamiento sobre el eje
izquierda/derecha: al elegir a Anel
para alcanzar la mayoría".
"…busca un gobierno de «lo nuevo» en lugar de un
gobierno incuestionablemente ubicado a la izquierda del centro".
(Anel es una formación conservadora,
nacionalista y clerical. Panos Kamenos es su líder y será Ministro de Defensa.
Con respecto a la inmigración ha dicho que "vive deliberadamente fuera del
sistema" y que los que llegan a la frontera son "pobres y
decrépitos". Hombre de la Iglesia Ortodoxa es defensor acérrimo de la
enseñanza religiosa en las escuelas y del actual Estado confesional.)
Por último sostiene Puricelli que Syriza debía responder a una
pregunta:
"¿la izquierda debe llevar adelante un programa adelante como
si fuera un experimento?...Tsipras se había decantado por decir…no".
El sociólogo sugiere que los candidatos son electos para gobernar,
como sea, sin andar haciendo experimentos.
El
"triunfo" de Tsipras en los números significa que la abstención llegó
al 44%, cuando en enero había sido del 36%, y que de los electores su caudal junto al
xenófobo, antisemita y clerical Anel suma menos del 20%.
Cuatro millones de
griegos no votaron cuando lo deben hacer obligatoriamente. De ellos 750.000 no
volvieron a votar a Syriza.
Nada de experimento,
sólo lo posible, Syriza reemplaza a Pasok para hacer lo mismo que éste. La
incendiaria radicalidad ha venido a apagar el fuego desmovilizando, desarmando,
al pueblo griego. Nada de voluntad colectiva.
Cualquier similitud…
Hay que ser de muy
malas leches para generar una ilusión y matar la esperanza.
Orden humano, utopía
concreta
Utopía concreta de
un orden humano. El orden humano no es una esencia. La utopía de ese orden es
concreta.
Orden humano quiere decir que la salud y la muerte no
deberían cotizar en Bolsa. Que el delito de lesa humanidad de contaminar y
degradar conscientemente el hogar
común del género no se transformara en derecho a cambio de un precio.
Orden humano sería que, en la época de la producción
inteligente y su potenciación social cooperativa, la creciente desigualdad no
negara el acceso a miles de millones de congéneres a las condiciones mínimas de
una vida humana. Que no fueran condenados al destierro y el confinamiento de
los campos.
Esperanza no es espera. Esperanza es el rumbo de
una construcción colectiva no resignada al desorden inhumano del capital.
Quid rides? Mutato nomine
de te fabula narratur
Mucho de lo demás es
el juego de la política chiquita que termina reduciendo la democracia y la
"nueva forma de hacer política" al material de la urna, la longitud
de la boleta o la aplicación de algún chisme electrónico.
Y la épica del mito incendiario
acaba con la fe en la elección del menos malo. Con el desvaído disfraz
maquillado de apuro con el toque de impostado maoísmo del ladero.
Edgardo Logiudice
Septiembre de 2015.
[1]
BLOCH, Ernst. Marxismo e utopia. Roma
1984, Editori Riuiti.
[2]
SACRISTÁN, Manuel. El Orden y el Tiempo.
Madrid 1998, Trotta.
[3]
En castellano G.TOMASI DI LAMPEDUSA, El
gatopardo. Barcelona, 1988, Argos Vergara.
[4]
PURICELLI, Gabriel. Misma ecuación
política, otro Tsipras. Diario Página
12, Bs.As. 22/09/2015.