La Resolución.
En el curso de la gesta del desendeudamiento, luego que la
Asamblea General de las Naciones Unidas aprobara
la Resolución n° 68/304, "Hacia el establecimiento de un marco
legal multilateral para los procesos de reestructuración de deuda
soberana", el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto dirigió a ella un
encendido discurso.
El texto que fuera aprobado resuelve "elaborar y
adoptar a través de un proceso de negociaciones intergubernamentales, con
carácter prioritario durante la 69º sesión un marco legal multilateral para los
procesos de reestructuración de deuda soberana con miras a, entre otras cosas, aumentar la eficiencia, la estabilidad y la
previsibilidad del sistema financiero internacional".
Señala asimismo que "el esfuerzo de un
Estado por reestructurar su deuda soberana no debe ser frustrado o impedido por
acreedores comerciales, incluyendo fondos
de inversión especializados como los fondos de riesgo".
Es decir, para aumentar la eficiencia, la
estabilidad y la previsibilidad de fondos de riesgo, la Asamblea propone que se
elabore un marco legal que permita a los estados quebrados pagar sus deudas.
Esto fue lo propuesto por el G77+China, incluido nuestro país.
El discurso de Timerman.
El discurso del Ministro Timerman, después de
parangonar esta patriada de pagadores con el "Alegato Ruda" de 1964
contra el colonialismo en defensa de la soberanía argentina en Malvinas, enuncia
las razones esgrimidas.
Resumiendo:
a) "Todos sabemos…que un país quebrado no está en condiciones de devolver lo
prestado", "que las finanzas no son posibles sin la producción",
b) "La laguna
normativa existente en el actual sistema financiero internacional en
materia de restructuración de deuda" nos deja "desprotegidos ante el
uso y abuso que hacen los especuladores"
de esa laguna,
c) La falta de un marco legal "tiene su
correlato con la pobreza, las enfermedades, el analfabetismo y la inseguridad
que sufren los países históricamente golpeados por la deuda externa".
"Miles de millones de dólares van a los bolsillos de los dueños de los
fondos buitre gracias a este vacío legal
d) La ausencia de un marco legal para la
reestructuración de deudas soberanas "se ha transformado en un problema
grave para los fondos inversores",
e) La mayoría de los fondos inversores
"reconocen la bondad de respetar el acuerdo con la mayoría de los
acreedores",
f) "Es hora de comenzar a trazar
conjuntamente un camino ético,
político y jurídico capaz de ponerle frenos a la especulación desenfrenada". "Hemos decidido
que ha llegado el tiempo de darle al sistema financiero un marco legal para la
reestructuración de la deuda soberana, que
respete a la mayoría de los acreedores y que le permita a los países salir
de las crisis en forma sustentable".
Sintetizando:
Todos sabemos que los países endeudados pueden
quebrar. Para los fondos el problema consiste en cómo cobrar, es decir que el
quebrado pueda seguir produciendo para pagar.
Por eso si los fondos llegan a un acuerdo, la
minoría debe respetar a la mayoría, porque de lo contrario no cobra nadie. De
allí que sea necesaria una norma que así lo diga.
En suma, para cobrar no hay que matar al
deudor. Ese es el camino ético.
Si las minorías respetan las mayorías de los
fondos financieros se terminan los problemas del hambre, las enfermedades, el
analfabetismo y la inseguridad y los fondos buitres no se llevan los dólares
que no les corresponden. Con la norma los países deudores quedarían protegidos
frente al uso y abuso de los especuladores.
Trataríase de una cuestión ética que se
resuelve jurídicamente. Ético es que cobremos todos y que dejemos producir al
deudor para que pueda pagar.
La solución legal es que la quiebra del Estado
se trate como cualquier quiebra comercial.
Algunos postulan mayorías del 66%, otros del
75% suficientes para arreglar el pago soberano y obligar así a todos los
acreedores, lo que garantizaría cobrar sin problemas.
Se trata, sin duda, de una concepción mercantil
de la soberanía del Estado, una especie de estado en liquidación.
Parece tratarse de una ética comercial, más que
política.
Fondos financieros, ética y normas.
Los fondos abusivos, especuladores
desenfrenados, buitres al fin, aparecen como una anomalía del sistema financiero que, por falta de normas para
cobrar, genera hambre, miseria, enfermedades, inseguridad.
Propongo ver cómo funcionan fondos sanos, no
anómalos, auspiciados por bancos
centrales de Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, la Unión Europea y China.
QE
es la sigla de una herramienta de política monetaria denominada Quantitative Easing, algo así como
relajación o flexibilidad o expansión cuantitativa. El primero en utilizarla
fue Japón en 2001.
Solemos leer en los diarios que la Reserva Federal
de los Estados Unidos baja las tasas de interés con el objeto de reactivar la
economía. Simplificando, se desalienta el ahorro para que el dinero vaya al
consumo y, de allí, a la producción.
Pero las tasas tienen un límite, cero. Cuando
ya las tasas de interés no se pueden bajar es cuando aparece esta herramienta QE. Consiste en comprar activos en poder
de los bancos: bonos de la deuda pública u otros títulos de crédito, por
ejemplo hipotecas. Al comprarlos los bancos centrales arrojan dinero que, en
principio, va a parar a través de los bancos privados al mercado con el mismo
efecto que la baja de las tasas.
Mario Draghi es actualmente el Presidente del
Banco Central Europeo. Fue vicepresidente y socio de Goldman Sachs, uno de los
cuatro bancos de inversión más importantes del mundo. Este grupo bajo su
vicepresidencia "asesoró" al gobierno griego en el año 2002 para
maquillar la deuda griega para que Grecia pudiera entrar en el euro. De ello
tuvo que responder luego ante el Parlamento europeo.
Pues bien, este economista, en junio de este
año, llevó la tasa de interés a menos de cero. Ello obliga a los bancos a
retirar sus depósitos del Central. La tasa negativa funciona como multa por los
depósitos. Se trata de que los bancos tengan efectivo para prestar y alentar
el consumo y la producción.
Promueve, con el mismo fin, la compra a los
bancos de bonos de deuda soberana de Europa y activos privados de sus carteras,
es decir, créditos de empresas en poder de los bancos. Estas compras también
proveen de liquidez a los bancos que, en teoría, reactiva la economía.
Sin embargo, Europa no termina, o no empieza, a
salir de la crisis. El consumo se recupera muy lentamente. El desempleo no
baja.
Las inversiones no van a la producción.
Al retirarse del mercado las inversiones en
bonos y activos privados "fuertes" los fondos de inversión van en
busca de los mejores intereses que, naturalmente, son los activos que ofrecen
más riesgos. Entre ellos los de los países de economías más débiles que emiten
deuda a jugosos intereses o invierten en materias primas que funcionan como
commodities en los mercados de futuros. Se trata de recursos naturales
extractivos o productos de la expoliación del suelo.
Los altos intereses que pagan esas economías
débiles conducen rápidamente a situaciones de incumplimiento, colocando su
deuda en situación de bonos "basura" y, desde allí, comienzan a
operar los famoso buitres. Como resultado al que conduce el comportamiento "normal"
del capital financiero.
Fondos de inversión toman dinero de los bancos
a bajas tasas de interés y lo colocan en plazas de altas tasas.
Esto no sólo ocurre, por ejemplo, con la compra
de bonos de deuda pública (soberana, perdón) de África subsahariana, con
intereses superiores al 6%, sino dentro de la misma Europa.
En el negocio está metido el Bank of America
Merrill Lynch. El Bank of America compró Merrill Lynch en 2008 cuando ésta iba
a ser arrastrada por la crisis de las hipotecas subprime sin poner al tanto a sus ahorristas de la situación.
Fueron juzgados varios directivos.
También el JPMorgan Chase que, también después
de la crisis del 2008, se benefició con el mayor "salvataje" de la
historia de la Reserva Federal para eliminar competidores.
Pues bien, esas dos angelitos son los que están
liderando en Europa el negocio de bonos "chatarra". Están
aprovechando simplemente que dado que los bancos mantienen bajas tasas de
interés los inversionistas ponen la vista en activos más riesgosos que,
naturalmente pagan más intereses. El Bank of America y JPMorgan se encargan de
ponerlos en la plaza.
"Bancos griegos, constructoras españolas y
aserraderos alemanes insolventes están aprovechando el mercado". Es decir
esos bancos financieros colocan deudas de deudores insolventes que no consiguen
créditos bancarios y pagan altas tasas.
No solamente eso sino que, además, a través de
fusiones, absorciones y adquisiciones se generan firmas de compañías privadas
que se endeudan a esas tasas de riesgo para, con sus presuntos activos, lograr
más créditos, los que se llaman financiamientos "apalancados", para
adquirir otras empresas. Lo que se denomina "arquitectura
financiera".
Todo esto es absolutamente legal y ético.
"La demanda ha superado nuestras
expectativas más altas", dice un directivo de JPMorgan.
La profesora Jenny Anderson escribió
recientemente en The New York Times:
"El temor es que cuando los inversionistas corran a las salidas, no
habrá nadie para comprar. Los bancos, como resultados de los requisitos de
capital más rigurosos, serán menos capaces de comprar. Con más inversionistas
de alto rendimiento que nunca, hay menos creadores de mercado para suavizar una
liquidación".
En criollo, si hay corrida, los bonos no valdrán nada.
Nada de lo descripto es ilegal. Pero es cierto que estas
actividades, además de estar auspiciadas por herramientas financieras como las QE de los Bancos Centrales, no están
reguladas porque los propios Estados, es decir los gobiernos, no lo quieren. El
"fracaso" de los Acuerdos de Basilea después de cuarenta años, para
establecer algún estándar mínimo de evaluación para la capitalización de los
créditos como activos de los bancos, es la muestra de la complicidad de los
Estados y los organismos internacionales con el capital financiero global.
De allí que estas medidas de inyección de dinero tengan
resultados como los referidos.
Como ha sido dicho, "la norma es no normar". La a-legalidad. Esa es la mentada
"laguna legal".
Pero de ello resulta que el valor de las monedas está
dictado por los flujos del capital financiero. Así Soros forzó la devaluación
de la libra esterlina en 1992 y en Malasia en 1997 especuló contra las monedas
asiáticas.
Soros apoya la Resolución de la Asamblea General. Soros es
ahora socio estratégico de YPF, cuarto mayor accionista. Capital financiero
sano, ético, legal y legítimo.
Estos son los acreedores que merecen cobrar. Dice el
Ministro.
Edgardo Logiudice
Setiembre 2014
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