Ni el mundo ni los
estados son los de Marx, Lenin, Gramsci, Weber, Althusser, Poulantzas, Foucault
o Bourdieu, pero sin ellos sería más difícil pensar y criticar su estado actual.
Revolución pasiva.
Sin pretender atender a las
causas y procesos, creo que se puede arriesgar la opinión de que a parir de los
años setenta/ochenta afloró una revolución productiva sin, quizá, parangón en
la historia humana. Para algunos estudiosos ella ha sido resultado de una
revolución en el modo de producción cultural, en particular de las ciencias y
las tecnologías.
Creo que también podría decirse
que los procesos han sido desparejos en las distintas áreas de actividad o
distintos subsistemas del bloque histórico.
Lo que me parece cierto y
aceptado es que el subsistema de el modo de producción material o producción
propiamente dicha, la de los bienes, la primacía de la energía física ha cedido
frente al contenido cognitivo. Si esto es así, existe al menos la probabilidad
lógica no sólo de que amenguaran los esfuerzos físicos del trabajo, cosa que ha
sucedido en muchas áreas, sino de que éste se repartiera entre muchos
individuos y, por lo tanto, se redujeran las jornadas laborales, cosa que
algunos esperaban. Ello hubieran significado, aun sin cambiar el régimen de
apropiación del trabajo ajeno, una menor explotación absoluta y, por tanto, una
menor dominación de la vida humana.
Sin embargo, en lo fundamental,
no parece haber sido ése el camino.
Las innovaciones
científico-técnicas que cambiaron el carácter de los bienes fundamentales, es
decir donde la materialidad física cedió valor a la materialidad cognitiva,
fueron apropiadas por el capital excedente, resultado también de los mismos
cambios productivos que aumentaron las ganancias o forma dinero de la
plusvalía.
Estos excedentes que cristalizan
trabajo pasado representan el trabajo futuro que con él se puede adquirir. Ésto
quedó en manos del capital financiero que pasó así a hegemonizar todo el
proceso conjunto de la producción y, en particular, el consumo.
Fue precisamente en los años
ochenta con la eclosión de la robótica en la producción que aparecen los
primeros grandes grupos de inversión, la emergencia de la tarjeta de crédito
para el consumo y el impacto de la publicidad para el mismo objeto. El préstamo
para el consumo pasó a ser una forma prevaleciente de apropiación del trabajo
ajeno futuro, pues con él se paga mañana lo que se consume hoy.
Pero este paradigma no ha sido
privativo del consumo privado. El capital excedente, financiero, también buscó
el destino clásico de la deuda pública, tanto como los avales estatales para
faraónicos emprendimientos privados.
De todo esto resultaron las
inéditas deudas públicas en tiempos de paz.
El proceso de privatizaciones y
acopio de los fondos de ahorros públicos
y privados y endeudamiento fue legitimado con el discurso llamado neo-liberal.
Discurso que discutió y disputó
el papel del Estado, no sólo en la economía con las desregulaciones, sino en
todas las esferas de actividad humana.
Los estadistas, sea por buena
disposición ideológica o por corrupción, poco discutieron y disputaron.
De ello resultó lo que algunos
llamaron retiro del Estado o al menos la debilidad del Estado-nación, que es
también la agonía del Estado de Derecho, hasta alcanzar el estado de excepción,
es decir, la regla de que no existen ya leyes generales.
Las consecuencias que algunos
Estados pagaron antes y otros pagan después están todavía a la vista,
bancarrota de los Estados.
Estado de los Estados.
De este estado se pueden señalar algunos
síntomas. Ellos hacen evidente que los Estados de los que halamos hoy poco
tiene que ver con el que hablaba, por ejemplo, Carlos Marx.
Territorios antes independientes, apenas aliados, con intereses
distintos, distintas leyes, gobiernos autónomos y líneas aduaneras propias, se
asocian y refunden en una nación única,
bajo un Gobierno, una ley, un interés nacional de clase y una sola línea
aduanera. Manifiesto Comunista, 1848
Veamos.
Ni los Estados ni la producción
puede funcionar ya sin deudas. Parece la otra cara del exceso de capitales.
De la soberanía de los Estados,
frente a los acreedores, parece que no queda mucho más que la deuda soberana.
De la independencia individual, llamada también libertad, no mucho más que la
servidumbre por deudas, de por vida. El trabajo como servidumbre vitalicia.
Dos parecen ser las funciones más
importantes del Estado. La una, cobrar aquéllo que indujo a pedir prestado y,
la otra, controlar y disciplinar a los excluidos de los beneficios de las
deudas.
El Estado Fiscal es el que
recauda y paga las deudas suyas y de los demás.
El Estado Penal es que controla y
reprime a los excluidos.
El Estado Asistencial es el que
los disciplina.
El Estado Escolar ya no
disciplina ni a excluidos ni a incluidos. Tampoco lo hace el derecho. A los
incluidos los disciplinan los medios de la publicidad. Los aparatos ideológicos
ya no son del Estado.
No sólo el capital bancario y
financiero, como decía Marx, compró a los Estados, sino que la existencia misma
de los Estados depende de que no haya huelga de capitales de modo que no se
puedan renovar los préstamos y los Estados entren en bancarrota.
Pero los bancos no quiebran, los
contribuyentes contribuyen. A socorrer a los banqueros.
Grandes empresas transnacionales
admiten haber corrompido a funcionarios de países llamados emergentes. A cambio
pagan por ello multas en los países de su domicilio legal.
Con el dinero mal habido en esos
negocios que pusieron los contribuyentes de los países damnificados.
La propia ciudadanía estatal, la
nacionalidad, se adquiere invirtiendo y se ofrece como una marca, un logo.
España es paradigmática, pero no única: la compra de un inmueble significa la
obtención de la residencia y posteriori ciudadanía, el Rey ha salido a vender
la marca España. Es lo que queda de la Nación del Estado-nación.
En 2012 las
reservas del Banco Central de la República Oriental del Uruguay alcanzaron los
11.000 millones de dólares.
SAC Capital Advisors,
uno de los hedges fund gigantes, posee 15.000 millones de dólares, su
administrador, Steven A. Cohen, que los controla percibió ingresos por 1.400
millones de dólares durante el 1012.
Los fondos de
cobertura realizan operaciones a futuro sobre divisas extranjeras, es decir
juegan a la suba o a la baja de las monedas nacionales.
Le bastaron
10.000 millones de dólares a Soros con el Quantum Fund para hacer devaluar la
Libra esterlina un 15% en un sólo día, el 16 de setiembre de 1992.
Hay Estados sin
soberanía monetaria y monedas sin Estado: los bitcoins, dinero virtual.
Ejércitos mercenarios se
autonomizan del Estado generando sus propios objetivos geopolíticos. En el
todavía, Estado-Potencia más importante del planeta.
La CIA se ha puesto voluntariamente
fuera de la ley. Dado que las cárceles secretas de E.U. fuera de sus fronteras
eran caras y escandalosas, en vez de encerrar y torturar se decidió por
asesinar a control remoto con los drones, por su cuenta.
Fronteras adentro mantiene más de
dos millones y medio de presos, la cuarta parte de los presos del mundo con la
vigésima parte de la población mundial. A ésto se reduce el monopolio legítimo
de la fuerza. Pero el "derecho
penal del enemigo" ahora opera también al interior y para los propios
ciudadanos de Estados Unidos, así sucedió en Boston. El presupuesto carcelario
es caro.
El bienestar general y la
utilidad pública no son ahora el discurso que antecede al crecimiento, quedan
sujetos al PBI. Para el logro de aquéllos era necesaria la representación
popular, para aumentar el producto son necesarios técnicos en administración y
desarrollo: gestión.
El asistencialismo con obligación
de trabajar (trabajo forzado) y la penalización de los desfavorecidos, antes
que la esencia del Estado contemporáneo que lo ejecuta parece ser la propia
naturaleza general del capitalismo. El pobre que no trabaja no come, el
propietario de los alimentos no le da de comer si no se esclaviza y, si es
pobre y no trabaja es delincuente y los demás lo mantienen vivo, hasta ahora.
Salvo que decidan matarlo sin juicio previo.
Para ser
propietario ya no es necesario que la Ley del Estado lo clasifique como tal.
Convenios privados entre los grandes grupos de inversión negocian quien es
propietario a no según reconozcan o no el control sobre los resultados de un
negocio. No sólo no hay monopolio legítimo de la fuerza sino tampoco monopolio
de la violencia simbólica legítima.
La independencia y soberanía no
parecen, entonces, otra cosa que el discurso legitimador de esas políticas
prácticas. Las políticas prácticas no parecen más que comisiones, diligencias
por cuenta y orden de los grupos inversores, sin más nacionalidad que la de la
de su domicilio legal. Un Estado, Inglaterra, funciona como domicilio legal de
la mayor red de lavado de dinero del mundo. Para el desplazamiento del dinero
no hay aduanas ni fronteras.
Discursos legitimadores.
Hablamos de post-neoliberalismo.
El intervencionismo estatal actual es, en la práctica, el llamado
des-endeudamiento, por un lado, y desarrollo con inclusión, por otro.
El primero es el pago de la deuda
a través del ahorro público y la expoliación fiscal. El segundo es la
producción extractiva de recursos naturales, la competitividad de los salarios
y el asistencialismo.
El intervencionismo
estatal es el discurso legitimador neoliberal a la hora de pagar las deudas. El
desendeudamiento, pagar la deuda por los préstamos. Salvar a los bancos de la
bancarrota, nacionalizar los pasivos de las empresas. ¿Quiénes mejor que
aquéllos que conocen ese discurso nacional-estatista?
Si el
socialismo realmente existente, capitalismo de Estado y el proto-socialismo de
los movimientos anti-coloniales y anti-imperialistas se apoyaron en el Estado
¿Quiénes mejor que aquéllos que conocen ese discurso estatal-socialista?
Después de la
debacle de la democracia representativa electoral, además débil de cuadros y
personal de los aparatos, era necesario un partido del orden que no se
presentara como tal después del descrédito de las dictaduras. Disciplinar sin
violencia los movimientos sociales legitimar el pago de las deudas que habían
llevado al desastre económico, poniendo en juego la gobernabilidad, la
credibilidad bancaria y la legitimidad de la deuda.
Así se armó el capital
simbólico legitimador del desendeudamiento. Cooptando y comprando a muchos de
quienes poseían ese capital que se asentaba fundamentalmente en los dirigentes
de los movimientos sociales y de los derechos humanos.
Todo sobre la
base de la producción de commodities para el capital financiero.
Frente al
descrédito de las políticas llamadas anti-industrialistas, el discurso fue el
desarrollismo industrialista. ¿Qué mejor que los desarrollistas?
Desacreditada
la democracia representativa electoral quedaron desacreditados los
representantes pero no el mecanismo electoral, con lo cual la elección es la
elección de alguien que posee el capital simbólico de buen conductor, del que
promete un buen gobierno, una buena gestión. El que genera confianza, carisma.
¿Qué mejor para
ello que quienes han acudido siempre al discurso de la conducción, la
encarnación y no la representación del pueblo?
Disciplinamiento franciscano.
Disciplinar a los excluidos no es
sólo tarea del Estado Asistencial, también de las Iglesias.
Pero algunos estadistas pueden
ser religiosos, los carismáticos sin hábitos.
Francisco de Asís, cuando era
llamado il poverello y aun no era
santo, hablaba con las aves.
Es lo que se conoce como Sermón a los pájaros. Hay un célebre
cuadro de el Giotto.
Y
llegaron a un lugar situado entre Cannara y Bevagna.
En
este lugar observó Francisco algunos árboles a la orilla del camino, cubiertos
de innumerable muchedumbre de variados y nunca vistos pajarillos, que no
cabiendo en las ramas, se esparcían también por el campo y cubrían el suelo
debajo de los árboles. Con tal espectáculo Francisco se sintió de nuevo
levantado en espíritu y dijo a sus dos compañeros:
--
Esperad un momento, que voy a predicar a los hermanos pájaros.
Y así
diciendo, se entró por el campo en dirección al terreno ocupado por las aves,
las cuales, cuando le vieron venir, le salieron también al encuentro, tanto las
que estaban en el suelo como las que poblaban las ramas de los árboles; luego
se quedaron todas quietas y tan vecinas a él, que muchas le tocaban el hábito.
Y
Francisco habló así a los pájaros:
--
¡Carísimos hermanos pájaros! Mucho debéis vosotros a Dios, y es menester que
siempre y en todas partes les alabéis y bendigáis...
Parece ser la nuestra época de
espíritus franciscanos. No sólo del actual Papa.
Existe también un capital
religioso que puede legitimar discursos políticos.
Es cuestión de hablar con los
pajaritos.
Edgardo Logiudice
abril 2013