jueves, 27 de junio de 2013

La soja, China, Monsanto y las elecciones.

Si la tierra es de todos y para todos, o debería serlo, habría que ocuparse un poco de ella.
¿Quiénes son los verdaderos usufructuarios de la tierra? Hablo de la tierra productora de alimentos, de la industria agrícola-ganadera. Por eso es bueno saber qué se siembra y para qué, cual es su destino.
El área sembrada con soja transgénica es más de la mitad de las tierras cultivadas.

Argentina es el primer exportador del mundo de aceite de soja. Más de una cuarta parte del valor de las oleaginosas son de poroto de soja. Una cuarta parte de las exportaciones tiene como destino China. China absorbe el sesenta por ciento de las exportaciones mundiales de porotos de soja.
En China habitan 158 millones de desnutridos de los 870 millones que hay en el mundo, la quinta parte. Su población total es de l.354 millones de habitantes, es decir el 8,59% está desnutrido.

El 6 de junio de este año se dio a conocer el informe Perspectivas Agrícolas FAO-OCDE 2013-2022 realizado en Pekín con una especial atención a las perspectivas de China.
En los últimos cinco años, China ha duplicado las importaciones de commodities agrícolas, y respecto al año anterior las importaciones de cereales se han triplicado. 
China mantendrá su papel de país líder en agricultura, con un 63% de la producción mundial.
El Director General de la FAO, José Graziano da Silva, aseguró por su parte que "los elevados precios de los alimentos son un incentivo para incrementar la producción".

Se espera que el crecimiento del consumo de China supere el aumento de la producción en cerca del 0,3% anual, lo que indica una mayor apertura –aunque modesta- del sector agrícola chino, según el informe. Este prevé también que las importaciones de semillas oleaginosas en China aumentará un 40% en los próximos diez años, alcanzando el 59% del comercio mundial.

"Para compensar el superávit en comercio, China exporta capitales, invirtiendo en bonos de los gobiernos de los países importadores, sobre todo de Estados Unidos".
Según los datos publicados este lunes por Bloomberg, China ha sobrepasado a Estados Unidos y se convierte así en la nación comercial más importante del mundo en términos de tráfico comercial.

Monsanto produce el glifosato. Es un herbicida, un matayuyos. Los yuyos se adaptan, mutan y vuelven a aparecer, por lo que las dosis tienen que ser mayores. Pero el peligro es que el glifosato mate también a la soja. Por lo cual Monsanto desarrolla nuevas genéticas resistentes al propio glifosato que fabrica.
Los chinos le compran el herbicida pero no la tecnología para resistirlo. Pero compran soja (porotos, harinas y aceite) transgénica, entre otros a la Argentina. Hasta ahora aun no había aprobado la compra de una soja de nueva tecnología, la RR2Bt.  

El último suplemento rural de Clarín está eufórico, titula Una nueva era comienza.
China aprobó la soja transgénica de Monsanto RR2Bt, que ahora sí va a poder sembrarse en la Argentina desde esta misma campaña.
El 16 de agosto de 2012 el Ministerio de Agricultura la aprobó. Desde entonces se esperaba que China también la aprobara ya que la mayor parte de la producción de soja y derivados tiene como destino la exportación y la principal importadora es China.
Allá fueron misiones de Timmerman, Yahuar y otros funcionarios a convencer a los chinos. Mientras tanto los dos grandes productores de semillas ya trabajaban preparándolas para venderla a los productores.
Las semillas que se preparan para sembrar (germoplasma) son los que adquieren la tecnología genética de Monsanto. Son además los recaudadores de su patente. La patente que pagan los productores.
Los grandes semilleros, Nidera y Don Mario, contentos. Por supuesto también Monsanto que no sólo vende su tecnología, sino que aprovechando la volada él mismo ahora produce el germoplasma, esto es la semilla para sembrar. De este modo es socio de los semilleros y, a la vez, competidor a largo plazo.

En suma, Monsanto no se pierde el negocio de China sino que lo hace a través de las exportaciones argentinas.
Pero ¿qué es lo que se exporta? El poroto de la soja, en cualquiera de sus formas, contiene la fertilidad, los nutrientes de la tierra y los que el productor paga para renovarlos, agua (el bien más preciado) de las lluvias y las napas y trabajo. Sobre todo nutrientes y agua. Se exporta tierra y agua como vehículo de la tecnología de Monsanto. Se exporta erosión (a pesar de la siembra directa, que también genera hongos y especies de lombrices riesgosas para los cultivos) y se exporta la desaparición de flora y fauna autóctona. 

Monsanto tiene domicilio en los Estados Unidos de Norte América.
¿Quién es Monsanto?  La mayoría de sus acciones se encuentra en manos de fondos mutuales y de inversión, ranqueando entre los principales el grupo Fidelity Investments (controlado por la familia de Edward C. Johnson II, con algo más de un 8%), The Vanguard Group (casi un 10%), State Street Corporation (un 4.35%) y la neoyorquina BlackRock Institutional Trust Company (con una participación cercana al 3%). Otro de los inversores es Bill Gates.

Es decir, grandes grupos de inversión financiera, sin ser propietarios directos de la tierra, hacen negocio con ella, pero ni siquiera para darle de comer a los chinitos desnutridos, porque los chinos, como vimos, alimentan a los que les interesa. Prefieren poner sus capitales en Estados Unidos antes que alimentar muertos de hambre.
Esto sucede con la tierra de la mentada oligarquía.

La Cámara Nacional Electoral emitió un listado con las plataformas electorales de los partidos políticos reconocidos a Mayo de 2011.
No son muchos los partidos que presentaron su plataforma.
El Frente Para la Victoria tiene la misma que el Partido Justicialista, nada dice respecto al uso de la tierra.
La Unión Cívica Radical, siempre tan pulcra y ordenadita, sólo se ocupa de la baja de las retenciones a la exportación agrícola.
Los clásicos partidos de izquierda, el Partido Obrero y el Partido Comunista no presentaron plataformas.
Indagando un poco más la plataforma del P.O. del 2009 no menciona el tema de la tierra. Algunas plataformas provinciales del P.C. se refieren a una redistribución de la propiedad de la tierra, nada sobre su uso. Los socios menores del P.O. no mencionan la cuestión.   
La escuálida plataforma del Frente Renovador es un pequeño enunciado de generalidades.
La de Libres del Sur dice: Terminar con el latifundio y el minifundio improductivo mediante una Reforma Agraria Integral y Profunda; para que la tierra sea de quien la trabaje. Frase arqueológica hallada seguramente en algún yacimiento de panfletos del PC.
El Frente Amplio Progresista celebra la modalidad el crecimiento de esta industria agrícola.
Nuevo Encuentro promete que definirá en el futuro una política de usos y asignación del suelo rural conforme a los objetivos de gobierno, que no dice cuales son. Del Partido bancario Solidario no existe plataforma.
El PRO es muy claro: Se deben apoyar las exportaciones de la Provincia a través de la identificación de demandas externas, asistencia técnica a las empresas que estén exportando o que lo quieran hacer por primera vez, programas de créditos más flexibles y establecer en forma frecuente y consecuente misiones comerciales en los distintos mercados.
Bien mirado lo que postula el PRO lo hace el gobierno.

Tal parece que mientras en Chicago anden bien los commodities agrícolas el problema de la tierra no existe.
El 27 de octubre votaremos por el yuyo de Monsanto. Los fondos de inversión agradecidos.



Edgardo Logiudice
Junio 2013


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